El festejo íntimo de la familia pincha
Edición Impresa | 11 de Noviembre de 2019 | 04:41

Por MARTÍN CABRERA
Luego del partido, en lo que será próximamente la cancha de básquet y vóley, se realizó una cena íntima para los invitados especiales, entre los que estuvieron los ex jugadores participantes, dirigentes de todas las épocas, representantes de los clubes de Superliga y empresarios vinculados a las firmas auspiciantes del nuevo estadio. Fue un evento de poco menos de dos horas, donde la familia Pincha pudo compartir una copa (ya salieron los vinos “Volvimos a Uno) y un servicio gastronómico de la firma Risollo, de Gustavo Ricci, un porteño fanático de Estudiantes, para terminar de celebrar el regreso a 57 a 1.
El presidente Juan Sebastián Verón estuvo con su esposa Florencia Vinaccia. Y pudo charlar buena parte de la noche con su tío, Pedro Verde, que vino especialmente desde España para estar presente en la celebración. Fue el receptor de todos los saludos y el pedido de fotos, de amigos y ex compañeros.
Otro de los presentes fue Gabriel Milito, que acudió con su esposa e hijos, entre ellos uno recién nacido. Estuvo en la puerta de ingreso y se la pasó hablando de fútbol con casi todos los ex jugadores. Su diálogo más prolongado fue con Ernesto Farías, el jugador que si bien lleva un año sin jugar de manera formal todavía sueña con retirarse profesionalmente con la camiseta de Estudiantes. ¿Lo habrá convencido al DT?
Milito también pasó varios minutos con Sebastián Domínguez, un jugador que estuvo dos años en el Pincha pero tiene un vínculo fuerte. Compartieron la cena y aprovecharon para compartir miradas futbolísticas con el presidente Juan Sebastián Verón, Augusto Solari y Leandro González Pirez, quien llegó el mismo sábado desde EE.UU y su primera noche en el país la pasó en la concentración del Country de City Bell.
Los más numerosos fueron los jugadores de la década del ‘90, pero no porque hayan sido mayoría sino porque se movieron de un lado a otro en grupo, sacándose fotos y disfrutando como pocos de estar presentes allí. Ochoaizpur, Squadrone, Marcelo Yorno, Walter Bello, Luna, Luis Suárez, Ubaldo Mareco, Pepo Soto, Marcelo Salinas y Mauro Amato ocuparon un lugar central del salón.
Chiquito Bossio se quedó hasta el final, muy feliz por la inauguración del estadio y por el apoyo de los hinchas, que lo ovacionaron antes, durante y después. Aprovechó la oportunidad para hablar un largo rato con el ex presidente Edgardo Valente, con quien tuvo una fuerte relación en el tramo final de su estadía en el Club.
Los de la generación del ‘80 no se lo perdieron. José Daniel Ponce y Marcelo Trobbiani se burlaban de sus dolores pero seguían con la convicción de jugar al día siguiente. Los dos volantes del equipo campeón con Carlos Bilardo fueron, sin dudas, de los más requeridos para los saludos. También se llevaron la ovación de los hinchas, detrás del Tecla Farías y José Luis Calderón, que fueron vivados cuando se los anunció y cuando convirtieron sus goles en el partido.
Mariano Elizondo, titular de la Superliga, estuvo presente charlando con Verón y con los dirigentes vinculados al torneo, como Pascual Caiella y Marcelo De Luca. También se sumaron otros dirigentes de clubes de Primera y los arquitectos que trabajaron en la edificación de la obra. Todos quedaron muy impactados con el nivel de la cancha.
Estudiantes vivió otra fiesta. Primero la marcha, luego la inauguración y, el sábado por la noche, una cena más privada para los protagonistas de todas las épocas. Pareció un fin de semana diseñado por un guionista fanático del Pincha. Inolvidable.
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