La historia del teniente identificado que combatió en Malvinas y estuvo en el Regimiento 7
Edición Impresa | 15 de Noviembre de 2019 | 02:21

Un oficial del Regimiento 7 de La Plata que murió acribillado en Monte Longdon cuando intentaba socorrer a un compañero herido se convirtió en el combatiente 115º que se logró identificar entre los sepultados sin nombre en el cementerio malvinense de Darwin. Así lo informó ayer la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, que precisó que se trata del teniente (post mortem) Juan Domingo Baldini.
Las muestras de ADN que posibilitaron su identificación fueron brindadas por sus primos, Julio Baldini -que vive en Italia- y Jorge Marcone. Este último y otros familiares fueron notificados ayer a la mañana en el Archivo Nacional de la Memoria, que funciona en la ex ESMA.
Nacido el 13 de febrero de 1958 en la ciudad de Buenos Aires, Baldini, que vivía en el barrio de Villa Pueyrredón, ingresó al Colegio Militar en mayo de 1976, de donde egresó en 1979 como subteniente de Infantería. Y su primer destino fue el Regimiento 7 de La Plata, en donde estuvo apostado hasta abril de 1982.
Declarada la guerra con el Reino Unido, el subteniente Baldini, que entonces tenía 24 años, fue enviado a Malvinas como jefe de la primera sección de la compañía B de su regimiento. Y al arribar a las Islas, tomó posición defensiva en la ladera oeste del Monte Longdon, donde habría de librarse la batalla final.
Algunos de los soldados que lo tuvieron como superior durante los 54 días que estuvo en Malvinas lo recuerdan con una risa franca y abierta, pero estricto y preocupado por el bienestar de su regimiento, según una reseña publicada por la secretaría de Derechos Humanos.
Como pudo reconstruirse a partir del relato de un soldado que combatió en Monte Longdon junto a él, la noche del 11 de junio Baldini fue acribillado por tropas inglesas y cayó sin vida en el momento que concurría a socorrer a uno de los tantos heridos que tuvo el combate.
CONDECORADO
Por su destacada acción en esa batalla Baldini recibió la medalla “La Nación Argentina al Valor en Combate” y fue ascendido post mortem al grado de teniente.
“Era un excelente hijo, muy compañero y a pesar de ser muy serio, conmigo se reía mucho. Sentía una profunda vocación por la carrera militar. Ser soldado era su vida y lo llevaba en el alma”, dijo Antonia, su madre ya fallecida, en una entrevista que le hicieron en el año 2002.
“No llores mami, que esto me lo busqué yo. Este es el estilo de vida que elegí”, recordó la mujer que fueron las últimas palabras de Juan Domingo antes de partir a la guerra.
El Plan Proyecto Humanitario gracias al cual se ha logrado identificar sus restos 37 años después de concluir la guerra fue subscripto en 2017 entre los gobiernos de Argentina y el Reino Unido, y el Comité Internacional de la Cruz Roja con el objetivo de identificar a 122 de las 230 tumbas del cementerio de Darwin que permanecían sin nombre desde 1982.
Con la identificación número 115 anunciada ayer, restan en ese camposanto siete tumbas con la leyenda “Soldado argentino sólo conocido por Dios”, más otros tres cuerpos que se encuentran en una tumba conjunta, para lo cual se firmó un nuevo acuerdo en septiembre pasado.
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