En el hospital, robaron la moto de la enfermera de su mamá y en pocas horas se la devolvieron

Ocurrió en el San Juan de Dios. La damnificada, al no ver su rodado en el estacionamiento, comprobó el hurto mediante cámaras de seguridad. Los presuntos ladrones son menores

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Los detalles de este nuevo caso de inseguridad en un hospital platense, parecen más propios del guión de alguna novela policial.

Por lo que supo este diario en base a lo admitido por voceros policiales y corroborado con personal del Hospital San Juan de Dios, en la tarde del viernes pasado, dos adolescentes que habían ido a visitar a su madre internada en la Sala de Infectología, terminaron esa jornada delinquiendo en otro sector de esas instalaciones.

La situación fue descubierta por la dueña de ese rodado, quien paradójicamente atiende a diario a la madre de los responsables del ilícito. La mujer está entre los pacientes de la Sala de Infectología del hospital situado en 25 y 70.

Ambos menores, uno de los cuales se informó que tiene 17 años, de edad tuvieron que devolver horas después la moto azul sustraída a la víctima, tras quedar en evidencia la maniobra a través de una cámara de seguridad del sector donde actuaron.

“LOS LLAMARON”

En la tarde de ayer, la enfermera que pasó el mal momento no estaba de servicio y según indicó una compañera de trabajo, prefería no hablar del caso por el momento . No obstantes eso, en diálogo con fuentes del Hospital, este diario pudo reconstruir la llamativa historia.

Luciana Núñez (43), contó cómo fue que la damnificada advirtió la desaparición de su vehículo.

Al respecto, comentó que “salió a las 10 de la noche (del viernes) al pasillo de la Sala por alguna razón que ignoro y al asomarse por el ventanal que da al sector de estacionamiento, se dio cuenta que su moto no estaba donde la había dejado”.

Desesperada, la enfermera atinó a “cruzar al edificio del hospital de enfrente, donde está el personal de vigilancia y donde además funciona la central de todas las cámaras de seguridad del San Juan de Dios”.

En medio de un cuadro de nervios, solicitó allí que le permitan observar la filmación de la cámara de la Sala 12. Para su asombro y el de quienes presenciaron las imágenes, se estableció que los dos jóvenes que concretaron el robo son hijos de una paciente que esta misma enfermera atiende desde hace una semana. La mujer recibe cuidados por una patología que -según lo expuesto por la misma enfermera- no pone en riesgo su vida. Todo había ocurrido unas horas antes.

De inmediato, en base a lo expuesto por Núñez, “llamaron por teléfono a los pibes que se llevaron la moto de ella. Y les contaron que sabían que ellos la habían robado porque así lo mostró una filmación”, indicó la mujer.

La enfermera dijo desconocer si a los jóvenes los contactó su propia madre o si gente del hospital le pidió a esta mujer el número de celular de alguno de sus hijos”, consignó luego.

Como sea, lo concreto es que, según lo informado por esta enfermera, “vinieron a la una de la mañana ya del sábado, la dejaron estacionada en el playón de la Guardia y se fueron”.

Desde ese momento “no volvieron acá para visitar a su madre, a quien la pusieron al tanto de lo sucedido. Pero quizá por su estado de salud, pareció no tomar demasiada conciencia de lo que hicieron sus hijos”, consideró.

Núñez después aludió a que este episodio delictivo obró como alerta para que el resto del personal del hospital tomara algunos recaudos para no ser sorprendidos del mismo modo que la enfermera a quien despojaron de su moto.

“Antes, por ahí, dejábamos la puerta abierta de la entrada a esta Sala, pero ahora decidimos que lo más conveniente, para prevenir algún hecho similar, es mantenerla cerrada con llave”, enfatizó.

En esa línea, agregó que “en todo caso, cuando alguien nos toca el timbre o golpea la puerta en busca de ser atendido, antes de abrirle recurrimos a la mirilla que tiene la puerta”.

Esta situación fue corroborada por este diario, cuando se pidió dialogar con el personal de la Sala de Infectología.

Por si hiciera falta aclararlo, la enfermera remarcó que “igual, a esta paciente como a todas las restantes, se las atienden con la misma dedicación. No se actúa distinto por lo que hicieron sus hijos”, enfatizó.

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