Cuando la calle se convierte en un baño a cielo abierto

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El hecho, ya de por sí crónico, de que los baños públicos de la Ciudad se encuentren en pésimas condiciones (ver nota principal) se refleja, a su vez, en otro fenómeno del cual este diario ya ha dado cuenta en alguna oportunidad: el de aquellos que utilizan el espacio público como si fuera un baño.

En diferentes barrios, un padecimiento común de los vecinos es amanecer cada día con las veredas orinadas y montículos de heces junto a las puertas de viviendas, edificios públicos y comercios. Sucede con particular frecuencia en aquellas zonas en las que hay bares o boliches instalados, y donde, por lo general, los vecinos señalan como responsables de esas situaciones a los limpiavidrios, cuidacoches y las personas que están en situación de calle. Pero también a los asisten a la movida nocturna, quienes terminan utilizando de sanitario la fachada de algún domicilio. El cuadro es insalubre y desagradable y genera hartazgo entre los frentistas, que están cansados de lidiar con aquellos que hacen sus necesidades en rincones de las viviendas ajenas. Hay diferentes sectores en los que esta problemática es cotidiana, como, por caso, la denominada “zona roja” y Algo más alejado del centro, lo mismo sucede en el Paseo del Bosque, en especial en la zona de la Gruta.

 

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