El ataque de tres perros a un niño reaviva el debate por las razas consideradas peligrosas

Un dogo y dos pitbulls le provocaron severas heridas a un nene de 3 años, que debió ser operado en el Ludovica. Lo salvó su abuela

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Un niño de 3 años fue atacado por tres perros -dos pitbulls y un dogo- mientras caminaba por una calle de Los Hornos junto a su abuela, que logró salvarlo tirándose encima de él y cubriéndolo con su cuerpo. El menor, que sufrió perforaciones en un pulmón, severas heridas y hematomas como producto de las mordidas, debió ser intervenido quirúrgicamente durante cinco horas en el Hospital de Niños Sor María Ludovica, donde se encontraba en terapia y compensado hemodinámicamente. Mientras el dueño de los animales quedó imputado por lesiones graves, los especialistas hacen hincapié en la necesaria educación y puesta de límites de los animales desde su etapa de cachorros.

La dramática escena tuvo lugar en la tarde del martes, cuando las mascotas escaparon de una casa ubicada en 147 entre 71 bis y 72 y fueron directo al niño: “Íbamos con Demián para la casa de mi hermana y salieron los tres perros; fueron derecho a matar a mi nieto, le iban a la cabeza, por eso me tiré encima”, explicó la abuela, Delia Segovia, quien también resultó herida al intentar defender al niño.

La mujer caminaba junto a Demián y su hermana, quien le gritó a su papá, que se encontraba a pocos metros del hecho.

“Mi nietita avisó para que nos ayuden porque el dueño (de los animales) no salía, vino mi hijo y también se tiró y sacó al nene de entre los perros, ellos querían al nene. Gracias a Dios estaba mi hijo, sino mi nieto y yo estaríamos muertos”, advirtió Delia.

“Yo estaba en la esquina, cuando vi que salieron los perros y se abalanzaron sobre mi hijo. Junto con mi mamá nos tiramos encima del nene. A uno de los dogos le pegué una patada y al otro lo agarré del cuello para alejarlo de Demián, pero volvieron a atacar”, detalló en declaraciones a la prensa el papá del menor, Emanuel. “Saqué fuerzas no sé de dónde. Le mordí la oreja a uno de los perros. Abracé y alcé a mi hijo y los animales me saltaban, querían morder al nene. Si no hubiese estado lo habrían matado”, subrayó. Dijo, además, que ya lleva dos noches sin poder conciliar el sueño: “Desde el martes no puedo dormir. Cierro los ojos y me acuerdo del ataque”.

Griselda, una de las tías del pequeño Demián, agregó que “el dueño de los perros admitió que no tiene los certificados de las vacunas; si no los consigue, al nene van a tener que ponerle cerca de 20 vacunas. Yo espero que no le pase nada a mi sobrino y que mi mamá [Delia] mejore, porque ella también tiene mordeduras en el pecho y en su brazo izquierdo. Demián está muy lastimado, pero está mejor”.

Sobre el estado de salud del chico, fuentes del Hospital de Niños confirmaron que quedó internado en sala de terapia intermedia e ingresó al quirófano para una laparotomía abdominal exploratoria, donde le suturaron las heridas. “No presenta compromiso de órganos intraabdominales. Actualmente se encuentra estable y compensado hemodinámicamente. Cumplirá antibióticos preventivos y vacunación antirrábica”, completó el parte médico.

Preocupados por la evolución del niño, sus familiares también reclamaron una pronta intervención para que “los perros no maten a nadie”. De hecho, ya se radicó una denuncia penal en la Comisaría Tercera e intervino la UFI Nº 10, que imputó al dueño de los tres perros por lesiones graves.

La gravedad del caso reavivó, a su vez, el debate sobre las precauciones a tomar en el cuidado de los perros. En ese sentido, el instructor canino profesional, Diego Raynal, hizo foco en “el problema de la falta de educación en la etapa de cachorros, particularmente entre los 4 y 6 meses”.

Sin soslayar que los ejemplares que atacaron a Demián incluyen en su genética cierto mandato de “guardia, seguridad y tienen una gran mordida”, el especialista aseguró que en un 90 por ciento de los casos los accidentes suceden por “negligencia de los dueños, que no se ocupan de educar a su mascota, sea cual sea la raza”.

“Los perros no son peligrosos, ninguno ataca de un día para el otro, se vuelven peligrosos por la ignorancia y la negligencia del dueño”, insistió Raynal.

La clave, entonces, está en “hacerles entender quién es el dueño de casa, establecer límites y reglas de convivencia claras en los primeros meses de vida”. El adiestrador advirtió también que no cualquiera puede tener cualquier perro: “Hay gente que no tiene cualidades para tener un pitbull o un dogo, gente que no se interioriza en su educación, lo cual es un acto de irresponsabilidad. Antes de tener este tipo de raza uno tiene que preguntarse si está capacitado o no”.

Y, claro, cumplir con la Ley 14107, que regula “la tenencia de perros potencialmente peligrosos para hacerla compatible con la seguridad de las personas y otros animales”.

Entre otras disposiciones, esa normativa determina que los dueños deben inscribir a la mascota en un registro antes de que cumpla los 6 meses de vida; identificarlo con un chip o tatuaje; utilizar correa o cadena, collar y bozal en espacios públicos; y adoptar medidas de seguridad y prevención en el inmueble donde se aloja al perro, donde debe haber estructuras suficientemente resistentes y de dimensiones adecuadas que impidan al perro escaparse o sobrepasar el hocico más allá de sus límites.

“En un 90%, los accidentes ocurren por negligencia de los dueños de los perros, que no los educan”

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