Ringuelet: el fuego devoró un reconocido local y avanzó sin control hacia otros tres
Edición Impresa | 28 de Febrero de 2019 | 03:32

La de ayer no fue una tarde cualquiera en un amplio sector de Ringuelet en el que bocanadas de humo no tardaron en teñir de negro el cielo, mientras un impresionante caos de tránsito en los alrededores del Distribuidor se combinaba con sirenas distintas que, mezcladas, se dirigían todas a un mismo sitio. Era ahí donde la angustia le ganaba al desconcierto, con la certeza de un incendio que, incontrolable, destruyó dos reconocidos negocios y avanzó sobre otros dos. Un dato profundizaba el miedo: el local donde comenzó el siniestro linda con un lubricentro, que, por fortuna, no resultó afectado, lo que hubiera complicado todavía más el gravísimo cuadro.
No hubo heridos, aunque los daños fueron cuantiosos.
Todo se desencadenó alrededor de las 4 de la tarde en el emblemático local de artículos de pesca, camping y deportivos Baobab, en 14 entre 518 y 519, en cuyos techos dos operarios se encontraban colocando una membrana, informó la Policía y fuentes cercanas a los damnificados.
No está claro si por una falla o descuido humano, o por un accidente impredecible, los materiales se recalentaron hasta desatar un fuego que se volvió imparable en cuestión de minutos. Las llamas avanzaron desde Baobab hacia una casa de lonas sintéticas; de allí a la de artículos de pesca Fly Shop y por último a un galpón.
Lágrimas, celulares y bomberos
Antes de las 5 de la tarde había más de un centenar de personas reunidas a la vera del Distribuidor, entre vecinos y curiosos que observaban la voracidad con la que el incendio arremetía sobre los comercios y registraban con sus celulares las lenguas de fuego que, dejándose de ver por las ventanas y los techos, desafiaban las líneas de agua con las que las atacaban los bomberos.
Había un grupo más apartado. Era el de los dueños de los negocios afectados por el siniestro, que se abrazaban entre ellos, mientras lloraban desconsolados a ambos lados de la calle 14.
En los primeros momentos cuestionaron la respuesta de los servicios de emergencia: “Hasta bien avanzado el incendio sólo trabajó una autombomba”, dijo a este diario un allegado a los damnificados.
A medida que el incidente se agravaba iban llegando las dotaciones de apoyo a las “cuatro que arribaron primero”, según la versión oficial.
En total fueron nueve las afectadas al operativo: dos del cuartel Central La Plata, dos más de los bomberos voluntarios de Berisso y equipos de los cuarteles de Los Hornos, San Carlos, Melchor Romero, Villa Elisa y City Bell.
El humo llegó a verse más allá del Estadio Único y a complicar la visibilidad en los alrededores, lo que obligó a extender el operativo vehicular que se implementó con un corte de tránsito para facilitar el trabajo de las autobombas, los patrulleros y las ambulancias del Same que se desplegaron preventivamente.
Para entonces el aire se había vuelto irrespirable hasta 19 y 526, donde se advertía un vaho de plástico y brea quemados, cuadro que dificultó el trabajo de los bomberos. Las tareas se extendieron durante varias horas, hasta que los rescatistas lograron controlar el fuego, sofocarlo del todo y enfriar lo que quedó.
Los daños fueron devastadores, sobre todo en dos de los negocios: Baobab y la casa de lonas sintéticas. La de artículos de pesca resultó afectada en un 70 por ciento, mientras que en el cuarto terminaron dañados una pared y parte del techo. En la comisaría Sexta de Tolosa, cuyo personal trabajó en el lugar colaborando con la emergencia, se abrió una causa caratulada “incendio”. También actuó Defensa Civil y Control Ciudadano. Hacia la noche, la escena era desoladora.
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