El aumento de la hacienda acompañó las exportaciones

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Por detrás de la suba de precios de la carne vacuna está la recomposición del valor de la hacienda. En el 2017 la hacienda para consumo interno, caso del novillito o la ternera, perdieron entre el 7% y 8% de su valor real (medición punta a punta), tendencia que continuó un poco más moderada en el 2018, con ajustes de entre el 3 % y 5 %.

La ecuación económica de la ganadería se vio muy debilitada por este ajuste de precios, que en realidad fue mayor, si se incluyen el fuerte aumento de costos de alimentación por el salto cambiario y los efectos de la sequía, ambos fenómenos que se conjugaron el año pasado.

Este año los precios del novillito, para tomar una categoría como referencia, acumulan una suba real del 13,5 % en enero y del 14,5 % en febrero (para una inflación general del 3,5%), es decir un reacomodamiento de precios relativos del 30 % en 2 meses.

En la medición en dólares, el precio es mayor al del año pasado, pero se ubica bastante por debajo de los valores 2010/2017.

El hecho que la hacienda se ubique en un buen nivel, en relación a otros precios de la economía, es un elemento que hace pensar que el fenómeno de reacomodamiento de precios habría llegado a su fin o que estaría muy cerca de ello. En la medición en dólares, los valores lucen relativamente bajos pero debe recordarse que a diferencia de 2016 y 2017, hoy se pagan derechos de exportación y que los reintegros a la exportación son más bajos actualmente que en los dos años previos.

Además, las exportaciones están ya en un nivel muy importante, lo que exige mucha competitividad de costos para seguir ampliando participación de mercado y/o conquistando nuevos.

Finalmente, el consumo interno sigue todavía débil, seguramente responderá en forma contractiva a la última suba de precios y no será fácil que pueda absorber muchos más incrementos de valores.

Es decir que los precios de hacienda que se rezagaron respecto de la inflación general durante 2017/2018 explicaron precios rezagados de carne a nivel consumidor final.

En lo que va de 2019, el mercado está corrigiendo ese fenómeno, empezando por la revalorización de la hacienda. Y en los dos primeros meses del año, los precios de los animales acumulan una suba del 38% ((novillito), mientras que los de la carne del 25%. Esta corrección de precios relativos llega en un momento inoportuno, en plena lucha del Banco Central por ubicar a la inflación en un sendero decreciente.

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