Ayala fue el motor y la conducción

El ex Lanús buscó ser salida constante de un equipo al que le costó. Un pasito detrás, la potencia incansable de Hurtado

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Fernando Alegre

falegre@eldia.com

Tres puntos vitales para Gimnasia que jugó decididamente mal durante gran parte del encuentro. Pese a esto, el equipo de Ortiz nunca bajó los brazos y en la última encontró el desahogo.

Mucho tuvo que ver Víctor Ayala, constante salida de un conjunto que no estuvo fino. El paraguayo no sólo fue el más claro, sino que estrelló un remate en el palo y generó la mejora atajada de Aguerre.

Apenas por detrás, otro que buscó incesantemente, Jan Hurtado. El venezolano luchó contra todos y siempre fue opción, a veces solitaria.

Un escalón más abajo, Guiffrey, de lo mejor de la línea del fondo. Tuvo un cruce vital en la primera mitad luego de un error de Licht en la salida que podría haber desnivelado la acción para los rosarinos.

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