Le había “hurtado” tres puntos al Ciclón, pero los resignó al final
Edición Impresa | 31 de Marzo de 2019 | 05:09

Por WALTER EPÍSCOPO
Sin lugar a dudas que antes del partido muchos firmaban el empate en el Nuevo Gasómetro, pero como se darían las cosas después, la igualdad es una cuchillada artera por la espalda. Faltaba nada... apenas segundos para finalizar el partido y Gimnasia ganaba 1 a 0, cuando el pibe Andrés Herrera sacó un remate desde afuera del área que se desvió en un defensor tripero en el camino y dejó sin chance a Sebastián Moyano, decretando la igualdad. El clima se estaba poniendo tenso en el “Pedro Bidegain” y los plateístas bajaban de sus ubicaciones listos para putear de lo lindo a Jorge Almirón. Si bien el empate con cambió mucho el malestar en el local, más bronca quedó en el vestuario visitante por esos dos puntos que se escaparon a segundos del final.
Hay que empezar por el final de lo que pasó en la calurosa tarde y en el incómodo horario de las 13:15, donde ni la gente ni los protagonistas se sintieron cómodos. El partido en líneas generales fue aburrido, sobre todo en el primer tiempo. Jorge Almirón pensando en poder pasar a otra fase de la Libertadores el martes venidero, ayer armó un equipo alternativo. El “vamo vamo los pibes” de la gente azulgrana dejaba en claro que el aliento era para los jugadores, y no para el cuestionado técnico.
Desde el inicio el Ciclón impuso el ritmo. Se adueñó de la pelota y el territorio. Gimnasia esperó unos metros delante de su área armando un bloque durísimo y muy difícil de quebrar. El dibujo del Indio Ortiz en el arranque era claro: 4-1-4-1. Ayala se paraba delante de la línea de cuatro y cortaba todo. Faravelli unos metros más adelante jugaba y buscaba pisar el área rival, y así fue que dos veces quedó cerca del punto penal y de cara al Mono Monetti, pero no pudo rematar bien.
San Lorenzo abusaba del toquecito para un lado y para el otro, para atrás y vuelta a empezar, y solo Nahuel Barrios se animó a romper eso y encarar. Pero la defensa Tripera no tuvo fisuras, y si no era Coronel, era Piovi el que sacaba. Por los costados tampoco podía el Ciclón, y así prácticamente Moyano no tuvo que revolcarse. Los intentos eran de lejos y fueron bien resueltos. La más cerca local fue tras un cabezazo de Senesi en el área, que Fértoli no llegó a conectar entrando por el segundo palo. A los de Boedo les faltaba profundidad por que los de Ortiz no dejaban espacios y el arco albiazul les quedaba lejísimo.
Gimnasia muy poco en ofensiva, por que Silva no conectó bien con el resto (hace tiempo está más pendiente de bajar a buscar la pelota que a esperar adentro del área), Tijanovich corría pero quedaba en intentos y al pibe Chávez el partido y la cancha le quedó muy grande, por que no gravitó en el juego. Entre el intenso calor y que el partido era muy flojo, la tarde invitaba más a dormir una siesta que otra cosa.
Pero las cosas cambiarían en el complemento. Tras una arranque que fue una continuación del primer tiempo, a los 9 minutos Ortiz mandó a la cancha a Jan Hurtado por Silva y tres minutos después al Mono Gómez por Chávez. Y el efecto esperado llegó rapidísimo, al minuto y medio. Gimnasia esperaba agazapado y buscaba salir rápido para lastimar. Sobre los 13 minutos recuperó la pelota el Lobo en su campo, buscaron a Tijanovich que estaba por derecha. El “Uru” agarró la pelota y se fue con velocidad para terminar sacando un centro rasante a la puerta del área chica que conectó Hurtado para vencer al Mono Monetti y poner el 1 a 0 de cara al grueso de la hinchada local. Un contragolpe perfecto que el venezolano le puso un “moño” con un toque sutil.
El gol Tripero le puso nerviosismo a la tarde. Empezaron a llegar los cambios en el local, pero la verdad es que poco cambió. San Lorenzo abusaba de un “tiki tiki” intrascendente que exasperaba al hincha que veía que los minutos corrían y defensivamente lo de Gimnasia era sólido. La figura del paraguayo Ayala crecía y parecía multiplicarse en el medio. Atrás Coronel dominaba todo y adelante el venezolano Hurtado era una amenaza permanente. El Lobo esperó fuera del área grande y pareció estar cómodo por que los Cuervos tampoco peloteaban al “uno” gimnasista.
Los de Boedo dejaron espacios que aprovecharon Gómez por izquierda y el incansable Comba por derecha, como para tratar de liquidar el partido. Hubo un buen encuentro entre Faravelli y Hurtado que luego no terminó bien, y contestó San Lorenzo por intermedio de Gaich, pero Moyano volvió a resolver con sobriedad y solvencia.
El partido se moría. Herrera (Darío, el árbitro) que da 4 minutos de descuento. Ya habían pasado algo más de 3, cuando apareció Herrera (Andrés, el futbolista local) que no supo que hacer con la pelota por que quemaba a esa altura y desde afuera del área sacó un zurdazo que pegó en un hombre albiazul y descolocó totalmente a Moyano, la pelota ingresó contra el palo izquierdo y el golero fue para el otro lado. No hubo tiempo para nada, por que Gimnasia sacó del medio y el juez automáticamente dio por terminado el cotejo. Grito de desahogo en el local pero la reprobación siguió, la bronca para los de Ortiz que por muy poco se le escaparon dos puntos que ya se llevaba para el Bosque.
Está claro que Ortiz está tratando de darle una identidad al equipo con lo que tiene, donde si bien recuperó solvencia defensiva, sigue en deuda en ataque, pero lo que no negocia es la entrega y ese “plus” lo está llevando a ir dando pequeños pasos hacia adelante. Hoy hay bronca, pero seguramente si suma los tres ante Colón, este punto en el Bajo Flores se valorará aún más y tanto esfuerzo, tendrá su merecida recompensa.
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