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El sistema de notariado latino, garantía de seguridad jurídica para la sociedad

El sistema de notariado latino, garantía de seguridad jurídica para la sociedad

Ignacio Javier Salvucci

7 de Marzo de 2019 | 02:15
Edición impresa

Pres. Colegio de Escribanos de la Provincia

A lo largo del tiempo, los escribanos hemos consolidado nuestra tarea en estrecha vinculación con la sociedad. Ese camino, que en la Provincia de Buenos Aires se inició hace 130 años con la creación de nuestro Colegio, siempre tuvo el mismo y único fin: el compromiso con los ciudadanos y el sostenimiento de la seguridad jurídica.

Cada vez que una persona tiene una decisión importante para tomar, que afecta a su patrimonio, a sí mismo o a los integrantes de su familia, los escribanos estamos allí para asegurar de forma absoluta la legalidad y seguridad jurídica de las acciones emprendidas.

Esa certeza está sustentada por el sistema de notariado latino que rige en nuestro país, al igual que en otros 87 países del mundo, entre los que se cuentan potencias como Alemania, Francia, China, Japón o Rusia. Es uno de los dos sistemas que coexisten en el mundo desarrollado, siendo el otro el modelo anglosajón.

El sistema del notariado latino, que es el que se utiliza en nuestra legislación, tiene como objetivo principal garantizar la seguridad jurídica preventiva. Esto quiere decir que cada una de las tareas que lleva a cabo el escribano en el proceso de formación del contrato, acompañando a los ciudadanos, interpretando sus voluntades y asesorándolos respecto a derechos y obligaciones, garantiza la legalidad de la operación y contribuye a brindar seguridad.

En otras palabras, evita que en un futuro quien firma una escritura tenga problemas jurídicos o económicos derivados de la operación realizada. En cambio, esa seguridad no está presente en el modelo anglosajón, en el que el notario es un mero certificador de firmas y el instrumento es un principio de prueba que necesita ser convalidado judicialmente para gozar de autenticidad.

Por otro lado, en la comparación de nuestro sistema notarial con el modelo anglosajón, mucho se ha hablado de los costos. Para el análisis de ese aspecto debemos tener en cuenta que, como se sabe, el Estado encuentra en el escribano a un colaborador, a través de la retención de impuestos, en su tarea de recaudar los recursos necesarios para el desarrollo del bien común de la sociedad. Y es el momento de la escritura la oportunidad propicia para retener tributos varios. No obstante, nada nos hace pensar que de mudar al sistema anglosajón esta situación pudiera cambiar.

El sistema anglosajón es más inseguro por carecer de estudios de títulos, supliendo esta carencia con un seguro de caución. Este seguro no solo aumenta los costos de manera considerable sino que, ante un conflicto, no evita el paso por los tribunales, con las complicaciones y costos extra que ello acarrea.

Además, el seguro no evita que el daño se produzca. Solo indemniza por las falencias del sistema. No se busca la perfección de la transmisión del derecho de propiedad como en el sistema del notariado, sino que solo se reparan los problemas producidos por errores o prácticas desleales o irregulares.

En el escenario global del siglo XXI existe una clara tendencia de que el sistema de notariado de tipo latino basado en la seguridad jurídica preventiva se impone por encima del esquema de la securitización propio del modelo anglosajón.

El análisis más interesante lo ha llevado a cabo la República Popular China, país reconocido por su capacidad para el análisis de costos. Allí al abandonar el sistema económico comunista se vieron en la necesidad de dar una respuesta a los futuros propietarios y optaron por el sistema notarial latino.

Finalmente, debemos recordar que a lo largo de los años el notariado siempre ha acompañado los cambios tecnológicos y la evolución de las necesidades de la sociedad, y lo ha hecho capacitándose y poniéndose al frente de las demandas de los ciudadanos, haciendo uso de todas las herramientas disponibles para brindar un servicio de excelencia.

Todo ello nos ha convertido en una de las profesiones con mayor nivel de capacitación y actualización. Incorporando las nuevas tecnologías en todos nuestros ámbitos, estamos trabajando para proyectarlas en los servicios que necesita el ciudadano del Siglo XXI, por ejemplo con la utilización de la firma digital y el documento electrónico, siendo precursores en esta tarea que iniciamos hace más de veinte años.

Como se ha puesto de manifiesto a lo largo de la historia, y más allá de los cambios e innovaciones, los escribanos reafirmamos nuestro compromiso con los valores de responsabilidad y garantía de la seguridad jurídica para dar respuesta a las demandas de la comunidad.

 

 

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