En Etcheverry se movilizan contra la usurpación de más de 20 lotes
Edición Impresa | 13 de Abril de 2019 | 03:01

Crece la preocupación por la ocupación ilegal de unos terrenos en un barrio de Angel Etcheverry, en la zona de 71 bis y 240. “Hace 26 años que esos lotes son míos, se trata de predios grandes que tienen entre 4 y 8 hectáreas; ya rompieron el alambrado y hasta hay una casilla rodante desde donde se controla todo”, contó Juan José De Luca, el propietario de esas tierras.
El barrio se llama Los Cachorros y fue creciendo a la par que muchas zonas de Etcheverry perdían su aspecto rural de la mano de la urbanización.
Según contó De Luca, el problema se originó por un ex inquilino que arrendaba una propiedad de esa zona: “comenzó a atrasarse con los pagos y se fue; al tiempo me entero que estaba publicando la venta de los lotes por internet”, dijo.
Al mismo tiempo comenzó el movimiento de algunas personas que se interesaron por esos lotes o expresaron que ya los habían adquirido de buena fe; todo originó una denuncia policial y judicial para que se investigara y pusiera un freno a cualquier intento de usurpación.
“Esta persona que en algún momento me alquiló una casita en un predio de 20 por 40 metros aseguraba que tenía papeles que acreditaban la posesión de los lotes cuando eso es imposible porque desde hace 26 años los tengo yo”, agregó De Luca.
De acuerdo a la información que pudo recabar el dueño de las tierras, se habrían vendido unos tres terrenos, pero no descartó que la estafa continuara para engañar a otras personas con necesidades habitacionales.
De Luca sostuvo que se cortó el alambre de buen número de los 20 lotes de 10 por 32 metros que él tenía cercado. “Esa gente cortó el pasto, hizo su propia subdivisión y en el centro hasta pusieron una casa rodante como para tener todo bajo control”, sostuvo.
El vecino indicó que en esa zona el temor por las usurpaciones está siempre presente porque es algo que muchas veces no se pudo controlar. “Se hizo la denuncia policial y ante la fiscalía del doctor Condomí Alcorta por violación de domicilio y usurpación”, concluyó.
UN FLAGELO SIN FIN
El flagelo de las usurpaciones se ha transformado en una pesadilla para los vecinos de la periferia.
Numerosas denuncias sobre ocupaciones que incluyen distintos grados de violencia se han transformado en moneda corriente, generando preocupación en diversos barrios.
Lo preocupante coinciden en las diferentes zonas afectadas, es que “más allá del problema de la ocupación, que es grave, también afecta a quienes vivimos en los alrededores, donde la vida cambia tremendamente”.
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