Beatifican al obispo Angelelli y otras víctimas de la dictadura
Edición Impresa | 27 de Abril de 2019 | 03:13

La ciudad de La Rioja será escenario mañana de la beatificación de los primeros cuatro mártires que fueron asesinados por la última dictadura cívico-militar, entre ellos el obispo Enrique Angelelli, durante una ceremonia multitudinaria que será presidida por un enviado especial del papa Francisco.
La histórica celebración, que se desarrollará a partir de las 10 en el Parque de la Ciudad de la capital riojana, será encabezada por el prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el cardenal italiano Angelo Becciu, y concelebrada por unos 50 obispos argentinos, presididos por el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, y 300 sacerdotes. En representación del gobierno asistirá la vicepresidenta Gabriela Michetti y el secretario de Culto, Alfredo Abriani.
Con el lema “Pascua riojana, alegría del pueblo”, la Iglesia de la provincia se prepara para un día histórico: la beatificación –es decir, el paso previo para ser declarado santo-- de monseñor Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville y el laico catequista Wenceslao Pedernera.
Angelelli murió el 4 de agosto de 1976 en medio de un accidente provocado por la encerrona que le hicieron en un tramo de la ruta, a pocos kilómetros de Chamical, de donde venía tras haber participado del velorio de Murias y Longeville, torturados y fusilados días antes. Pedernera fue acribillado en Chilecito el 24 de julio por un grupo de hombres delante de su familia.
Con el impulso del papa Francisco, en 2018, el Vaticano dispuso que todos ellos sean declarados beatos, al probarse que su asesinato “por odio a la fe”, durante la última dictadura militar, en 1976, constituyó un martirio.
Desde Roma Becciu analizó que “son verdaderos mártires, de una época en la que la Iglesia, inmediatamente después del Concilio Vaticano II, tomó conciencia de que no se podía permanecer en silencio de frente a las injusticias sociales”, al reflexionar sobre las motivaciones que llevaron a los “cuatro mártires de La Rioja” a convertirse en beatos.
Durante toda la semana, fueron arribando a La Rioja de distintas provincias e incluso de la región cientos de peregrinos que coparon rápidamente las 3.000 plazas hoteleras que tiene la capital.
Los organizadores tienen previsto una concurrencia de entre 50.000 y 60.000 personas.
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