Balacera en pleno Centro: un helado para el nieto, 100 mil dólares y el joven armado al rescate del abuelo asaltado

Según la investigación del asalto, el hijo del propietario del local donde empezó todo fue quien baleó a uno de los ladrones, que murió a pocas cuadras. Ayer fue arrestado y luego liberado

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Jorge Mendivil llegó en una Amarok gris junto a su nieto de 11 años y en la vereda se cruzó con Maximiliano, su hijo. Se saludaron y caminó hacia su local, en el interior de la galería. Estaba lindo, con sol y el nene recibía un helado como corolario del encuentro con su papá. Entonces, la violencia: según la investigación judicial, dos ladrones se camuflaron como compradores de dólares y tras asaltar el negocio en el interior de la galería situada en 7 entre 46 y 47, cruzaron fuego con el hijo de la víctima, quien quedó acusado por el balazo mortal a uno de los delincuentes y fue arrestado ayer, pero quedó libre a las pocas horas, por entender el fiscal del caso que actuó en defensa propia y de su familia.

La secuencia sobre el espeluznante asalto a la “casa de cambio” (según se indicó en la investigación) incluye escenas de horror en las que se puede delinear al dueño del negocio y a un cliente utilizados como escudos humanos cuando los delincuentes en fuga huían hacia la calle, justo el lugar donde estaba parapetado Maximiliano, con un arma del padre que había extraído de la camioneta. En el local quedaba la hija de Jorge y hermana de Maximiliano.

La jugada le hizo levantar el caño y mirar hacia el interior de un bazar, a metros de la galería donde había refugiado al nene. Desesperado, hacia allí fue y los ladrones le siguieron el paso. Incluso, tiraron hacia el interior, donde el terror ganaba a los empleados y a su hijo. Según la fuente de la investigación que relató la reconstrucción del asalto a este diario, uno de los tiros dio en el pie de Mendivil hijo, pero tuvo suerte: la bala llegó débil y sólo le dejó un moretón.

El relato que fue hilvanando en las últimas horas el fiscal Álvaro Garganta (UFI Nº 11), a instancias de las declaraciones de testigos y víctimas del asalto, indica que Maximiliano se repuso de ese impacto y fue en búsqueda de la banda que traía cautivos al padre y al cliente.

De un nuevo intercambio de tiros que se produjo en la vereda, uno de los ladrones habría recibido la bala en el abdomen que terminaría por llevarse su vida unos minutos después, camino al hospital, tras quedar en el pavimento en la esquina de 3 y 46.

Según testigos de la escena, el hombre iba de acompañante en una moto negra, que circulaba a contra mano por 46 y fue abandonado por los otros tres. “Dejalo. Ya está jugado”, gritó uno. Las motos huyeron por diagonal 80 y nada se sabe de los tres ladrones desde entonces.

Según la fuente consultada en la UFI Nº 11, buena parte de la reconstrucción se realizó a partir de la declaración que realizó Maximiliano Mendivil ante Garganta. Los investigadores llegaron a él tras horas de misterio sobre el protagonista de la reacción contra los ladrones. El joven, de unos 30 años, fue puesto ante el fiscal en calidad de arrestado, por la presunción de que había actuado de manera dolosa al disparar un arma. “Actuó ante una situación de violencia extrema en la que estaban en peligro su padre y su hermana, quienes estaban adentro del local. También su hijo. De manera que fue puesto en libertad”, informó sobre el final de la jornada la fuente del equipo de Garganta. Otros de los datos que dejó la investigación fue el monto del botín: “Se habían llevado alrededor de cien mil dólares entre dinero de distintas nacionalidades. Encontramos la mochila en 7 y 46, debajo de una campera”, se indicó.

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