La Biblioteca Dardo Rocha sin conexión a Internet

Edición Impresa

La rotura del equipo que provee del servicio de Internet a la sala de navegación de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de La Plata, que hace dos semanas dejó de funcionar y que dejó inoperativas a unas catorce computadoras que están a disposición de los lectores constituye, por cierto, un accidente que las autoridades universitarias deben superar a la mayor brevedad.

Tal como se informó, fueron alumnos de la UNLP que son, a la vez, usuarios de la Biblioteca, los que reclamaron frente a la situación creada. A su vez, fuentes del Rectorado confirmaron que se había roto el equipo de Internet en la sala de navegación y aseguraron que el desperfecto ocurrió en un sistema costoso, que requiere un trámite de compra, acorde a las normas, para reemplazarlo, asegurándose que el resto del edificio de 7 y 60 cuenta con Internet en las demás salas. Se buscaba, entonces, mediante enlaces provisorios poder resolver en estas horas la falta de servicio en la sala de navegación.

Tal como se reseñó en el informe publicado en este diario, la Biblioteca de la UNLP remonta su origen al 18 de enero de 1887, cuando se creó la Biblioteca Pública Provincial. El 12 de agosto de 1905 pasó a ser propiedad de la Nación y se integró a la UNLP. Ya entonces contaba con un caudal bibliográfico de 41.000 volúmenes, incluyendo la valiosa Colección Cervantina. El actual edificio, cuya piedra fundacional se colocó en 1934, se remodeló en el año 1998 para ajustarlo a las necesidades de los nuevos tiempos.

Asimismo, cabe recordar que tiempo atrás la Biblioteca recibió un reconocimiento de la Unesco por contar entre su patrimonio con las bien llamadas 75 joyas de la Colección Cervantina, declaradas ahora por el organismo mundial como parte del acervo del programa Memorias del Mundo. Como bien se sabe, la colección incluye ejemplares de “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” en distintos idiomas, así como verdaderos tesoros del siglo XVII.

De esta manera la Colección Cervantina, destacada como “única en el mundo” será considerada patrimonio documental de la Organización de las Naciones Unidas como símbolo de la memoria colectiva de la humanidad y, por lo tanto, deberá ser preservada, protegida y accesible sin obstáculos.

Entre las ediciones en castellano cuya tenencia corresponde a la Biblioteca de la UNLP se destaca la más antigua, editada en Bruselas por Huberto Antonio en 1617, adquirida por la Biblioteca en 1901. Además, se conserva la primera edición ilustrada en español, editada por Juan Mommaerte en 1662. También se resguardan varias ediciones de surtido españolas del siglo XVIII, entre otras.

Generaciones de estudiantes y profesores, de investigadores, de lectores ávidos por la mejor literatura, de historiadores que exploran en su valiosa hemeroteca, se han sucedido desde siempre y la Biblioteca de la UNLP –una de las más completas del país- sigue cumpliendo hoy un servicio valiosísimo, acentuado por la incorporación de tecnologías modernas que enriquecen su prestación.

Es de esperar, entonces, que el desperfecto ocurrido en la red de Internet se supere prontamente, de modo que esta Biblioteca –que es un verdadero motivo de orgullo para la Ciudad- pueda seguir cumpliendo en plenitud con el rol primordial de ser una valiosa difusoras y, a la vez, guardadora, del conocimiento, de documentos únicos y de obras científicas y literarias de primer nivel.

 

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