Recuperar la tradición

Matera Loly Albasini

Edición Impresa

Loly Albasini

Descripción: Para este espacio arquitectónico tan amigable que evoca al encuentro para el descanso y la conversaciones compartidas, se ha pensado en armar varios subespacios integrados que armonicen un conjunto de rincones atractivos a la hora de estar y “simplemente” pasar el tiempo.

La planta cuadrada invita a crear simetría, descontracturando el cuadrado perfecto, para lo cual, creamos el rincón de la zona de la mateada, propiamente dicha, alrededor de un fuego y aprovechando el bajo relieve que tiene la planta para llevarla a ese rincón y que forme un espacio muy cálido alrededor del “fogón”, como hacen los verdaderos hombres de campo.

Lo que tuvimos en cuenta a la hora de seleccionar los materiales, fue no caer simplemente en la temática reiterada de cuero, madera, hierro, tan asociadas al campo argentino. Por lo cual nos mantuvimos dentro de una selección de materiales de aspecto natural y cálido no dejando de lado a dichos materiales pero otorgándole al espacio un giro mas desafiante incluyendo carácter escenográfico.

Dentro de esta impronta conviven la piedra natural (en menor medida), la madera más protagónica en pisos y paredes, los géneros para cortina y tapizado dentro de una paleta de verdes muy cálidos (verde menta con toques de azul y lima). El hierro está presente en la araña principal y la estructura de los muebles sin fondo. La mesa “Volterra”, hecha en madera maciza, reúne en su óvalo a los comensales e invitándolos a la cercanía de la charla en voz baja o al espacio lúdico.

La esquina en su perfecto ángulo de 90 grados contiene lo que para los hombres y mujeres de campo representa “el religare”, la imagen de la virgen patrona coronada por un gran telón que recae a modo de manto, con pequeñas estrofas de nuestro himno nacional, en las palabras bordadas; rematando dicho córner con una resemantización del fogón: distendido y cálido, efecto dado por un biohogar.

En cuanto a los muebles, todos absolutamente diseñados para este espacio y para esta convocatoria, conviviendo en un “pensado uso del color”, dentro de una paleta monocromática y fresca.

La “biblioteca semicurva”, proyecta la línea curva del desnivel de piso y hace de “divisor”, logrando a la vez un pequeño rincón de libros y fotos pero también un espacio íntimo catador de vinos.

Acá, el hombre de campo moderno cierra su día, hace del atardecer un espacio de sosiego: puede tomar unos mates pero también degustar su botella preferida.

 

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