Brasil no logra despegar y se ahonda la desigualdad social

La brecha entre los más privilegiados en el mercado laboral y los que están más postergados según sus ingresos, llegó al nivel más alto de los últimos siete años

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SAN PABLO

Mientras la economía brasileña no consigue salir del pozo y más de 13 millones de personas no encuentran empleo en el gigante de Latinoamérica, otro indicador continúa empeorando de forma silenciosa: la desigualdad.

De acuerdo con un estudio de la Fundación Getulio Vargas publicado en mayo, la brecha entre los brasileños más privilegiados en el mercado de trabajo y quienes están en la franja más postergada de acuerdo con sus ingresos llegó al nivel más alto de los últimos siete años.

Brasil alcanzó 0,63 en el índice de Gini de la renta de los trabajadores per cápita, una medida de la desigualdad que va de 0 (muy equitativo) a 1 (muy desigual).

América latina es una de las regiones más dispares del mundo, según datos del Banco Mundial. Marcelo Neri, economista director de la Fundación Getulio Vargas, indicó, sin embargo, que Brasil está encima de algunos de sus vecinos como Colombia o Uruguay.

El estudio de la Fundación arrojó otro dato alarmante: quienes más sufrieron los efectos de la crisis que comenzó en 2014 fueron las personas de menos recursos. En siete años, los ingresos de la porción más rica de los brasileños aumentaron 8,5% mientras que los de los más postergados cayeron 14%.

De acuerdo con el estudio, los trabajadores más calificados pudieron sortear la crisis mientras que la mayor cantidad de mano de obra con menor calificación presionó los salarios hacia abajo.

Según el último censo de 2010, en Paraisópolis, una de llas mayores favelas de la ciudad de San Pablo y vecina al acomodado barrio Morumbi, viven 43.000 personas, pero los vecinos dicen que son entre 80 y 100.000 quienes habitan hacinados en departamentos y casas pequeñas que se apilan como piezas desordenadas de Lego.

La desigualdad, vista desde Paraisópolis, abruma. Frente a un barrio de calles estrechas y callejones laberínticos se levantan algunas torres residenciales de Morumbi, uno de los barrios más exclusivos de la ciudad más rica de San Pablo. Allí están los locales de marcas de lujo y los guardias de seguridad privada que custodian residencias y edificios con helipuertos, desde donde cada día muchos ejecutivos vuelan hacia sus trabajos.

“Todo va quedando caro, el dinero apenas da para comer”, dice Elizabeth de Souza, joven casada, madre de un niño y que lleva tres años buscando infructuosamente trabajo. El único ingreso de la familia son los 300 dólares que su esposo recibe cada mes como ayudante de construcción en un empleo informal.

Neri explicó que Brasil pasó de un período de crecimiento con inclusión social hasta 2014 a un presente de recesión “concentrador de riqueza”. El gigante sudamericano tuvo una contracción del Producto Bruto Interno (PBI) de más de 7% entre 2015 y 2016 y en los últimos dos años la economía apenas creció alrededor de un punto. Según la última cifra oficial del Instituto de Geografía Brasileño, 26,5% de la población es pobre -el equivalente a 54,8 millones de personas-.

Para Neri la profunda desigualdad entorpece la reactivación económica porque los sectores más bajos, muy vulnerables en tiempos de crisis, son quienes más consumen. Días atrás, el FMI evaluó que Brasil debe avanzar en reformas para reducir las disparidades sociales que están “altas para los estándares internacionales”.

Cuando Jair Bolsonaro asumió la presidencia el 1 de enero generó expectativas de que la economía se revitalizaría rápidamente. Sin embargo, el despegue continúa postergándose. El gobierno y el sector privado redujeron varias veces la previsión de crecimiento para este año, que pasó de 2,2% del PBI a 1,6%, según anunció el Ministerio de Economía la semana pasada. (AP)

 

Cárceles letales
Peleas entre presos dejaron al menos 55 muertos en cuatro cárceles del estado brasileño de Amazonas (norte) entre domingo y lunes. Las muertes, en su mayoría por asfixia, estarían motivadas por una ruptura entre presos que integraban un mismo grupo criminal vinculado al narcotráfico.

 

 

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