Peligro, turistas

Las últimas imágenes del Everest repleto de gente o el cierre que debió sufrir el Louvre de París ante la avalancha de visitantes encendieron las alarmas sobre los peligros que representa el turismo

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“No pisotee los jardines”. “No moleste a los demás tomándose selfies”. “Sea respetuoso de las costumbres y del espacio de la gente del lugar...” Algunas recomendaciones sobre buenos modales en la era del turismo parecerían ser lugares comunes pero, pese a eso, no dar abasto. Y no es cuento: cada vez son más los especialistas que señalan al turismo como un peligro creciente para paisajes, ecosistemas y sitios que deberían cuidarse. ¿Se trata de un fenómeno que no tiene solución?

Los ejemplos de los últimos días son contundentes: el Louvre de París cerró un día la semana pasada porque sus empleados dijeron que no podían con la cantidad de gente que desbordaba las salas. En los Himalaya, los montañistas que trataron de escalar el Monte Everest hace poco dijeron que la cantidad de gente que hay en sus laderas contribuyó a que se registre el saldo de muertes más alto en años.

“Tal vez el exceso de turismo es un síntoma de afluencia e hipermovilidad sin precedentes”

 

En ciudades y otros destinos atractivos de todo el mundo, desde Barcelona a Bali, el turismo desbordado es un problema grave. Cuando florecieron los terrenos alrededor del lago Elsinore, en California, una multitud de turistas fue en busca de la foto perfecta y la municipalidad difundió un tuit acerca del congestionamiento de tráfico y el pisoteo de las laderas en flor: “Sabemos que fue un período horrible y que causó inconvenientes innecesarios a toda nuestra comunidad”, apuntaron. El verano pasado sucedió algo parecido con un campo de girasoles en las afueras de Toronto, que quedó destruido luego de popularizarse en Instagram.

“Históricamente los turistas fueron una preocupación en determinados lugares -apunta la agente de viajes Analía Santariño-. No es lo mismo el turismo que recibe Nueva York que el que llega hasta los bancos de corales mexicanos para bucear. Está claro que en este último caso se debe buscar un equilibrio entre el confort y el entretenimiento que busca la gente y la protección ambiental que requiere el lugar”.

Según se explica, una combinación de descuentos en los pasajes aéreos, habitaciones baratas de Airbnb y la práctica de compartir casas a través de las redes sociales hace que el dinero del turista rinda mucho más. Mientras tanto, los distintos atractivos del planeta congregan ruidosas multitudes y transforman paisajes que en otro tiempo fueron lugares idílicos y silenciosos. “Tal vez el exceso de turismo es un síntoma de la presente era de afluencia e hipermovilidad sin precedentes”, apunta Santariño, para quien se necesita de manera urgente repensar la forma en que las ciudades evolucionan para defender los derechos de sus residentes.

“Los turistas pasan por encima de toda atracción que visitan”, asegura por su parte Joel Deichmann, profesor de estudios globales de la Universidad Bentley de Massachusetts y quien, luego de reunir a distintos especialistas sobre el tema, presentó una serie de consejos para intentar revertir un problema que enciende cada vez más alarmas a nivel global.

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