Un grupo de madres reúne fuerzas para mantener en pie tres servicios educativos

Al calor de numerosas falencias, formaron una asociación que ya dio sus frutos: el comienzo en las obras de infraestructura

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A la hora en que el sol se esconde, cuando las escuelas se vacían y la algarabía estudiantil desaparece, un grupo de adultos se reúne cada semana en diagonal 74 y 57, donde en un mismo edificio funcionan el Jardín de Infantes Nº 918, la Primaria Nº 8 y la Secundaria Nº 62.

Son padres y madres con hijos en alguno de los tres niveles que desde hace dos años le dan forma a la Comunidad Unida por la Educación Pública (Cupep), una suerte de gran “cooperadora” a través de la que buscan canalizar las problemáticas de más de 1.300 alumnos. “La diferencia con la cooperadora tradicional es que nosotros tenemos una visión integral de lo que ocurre en tres escuelas. Porque tenemos hijos en cada establecimiento y porque tenemos contacto con los tres directores”, contó a EL DÍA Camila, mamá de una alumna de Primaria y otro de Jardín.

El proyecto se fue gestando en la necesidad y la urgencia: la invasión de ratas que en 2017 obligó a suspender las clases por varios días en la Primaria Nº 8 y, un año después, los recurrentes desprendimientos de mampostería, filtraciones de agua, fallas eléctricas y condiciones sanitarias deplorables, entre un mar de falencias edilicias más, fueron síntomas suficientes de que algo andaba mal.

“Sabemos que cuántos más somos y más gritamos, más nos escuchan”

Camila, mamá de alumnos de la Escuela Primaria Nº 8 y el Jardín de Infantes Nº 918

 

Así, la comunidad unió fuerzas y visibilizó los reclamos en una gran bandera que hasta hace poco coronó la fachada del edificio: “Inicio de obras ya”. Los frutos comenzaron a asomar a fines del año pasado cuando, según aseguraron los padres, comenzaron los trabajos, aunque “ciertas problemáticas se repiten”.

En ocasiones, hay falencias que se reparan con el aporte de las cooperadoras y distintas donaciones. Pero esa valiosa ayuda resulta modesta ante la magnitud de los reclamos. “Estamos a la espera -aseguró Manuel, papá de un alumno de la Secundaria Nº 62 e integrante de la Cupep-, porque tras tanto insistir comenzaron las obras, pero no sabemos bien qué es lo que se ha realizado: hay baños que se siguen tapando; faltan insumos de limpieza, también vidrios; y, entre otras cuestiones, nos preocupa la pérdida de gas en una de las aulas”.

Por su parte, desde la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense destacaron que “en la escuela se está llevando a cabo una gran obra que incluye impermeabilización, reparaciones de cubierta, filtraciones y desagües. La próxima etapa consta de sanitarios completos, reparación de pisos y pintura de aulas”. También, descartaron fallas en el suministro de gas: “Consultamos a Primaria y Jardín, sin que se refirieran pérdidas”.

En la Cupep están decididos a continuar con el monitoreo de las obras. De hecho días atrás, en el Concejo Deliberante, un grupo de madres planteó sus inquietudes ante los ediles Luciano Sanguinetti, Victoria Tolosa Paz y Florencia Rollié.

“Sabemos que cuántos más somos y más gritamos, más nos escuchan. Así empezamos y por eso vamos a seguir”, subrayó Camila, quien propuso la iniciativa de esta comunidad tripartita como un modelo a seguir. “La defensa del futuro de nuestros chicos” es su irrefutable argumento: “Mis hijos hoy están en Jardín y Primaria, pero también me duele lo que ocurre en Secundaria, porque mañana pasarán de nivel, estarán en esa parte del edificio y quiero que lo hagan en las mejores condiciones”, enfatizó la mujer.

Ese fue el norte de la reunión de ayer y de las que vendrán las próximas semanas.

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