“Chernobyl”, treinta años después Entre elogios y críticas, Rusia revive el desastre nuclear

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La aclamada miniserie estadounidense “Chernobyl”, sobre la catástrofe nuclear, hace aflorar dolorosos recuerdos en Rusia, con un realismo tan elogiado como criticado por exagerar el papel nefasto de las autoridades soviéticas.

La cadena HBO difundió anoche el último de los cinco episodios de esta miniserie, cuadro implacable del peor accidente de la historia nuclear civil. El 26 de abril de 1986, la explosión del reactor numero cuatro de la central de Chernobyl, en la Ucrania soviética, dispersó una nube radioactiva por Europa. La URSS tratará durante varias semanas de ocultar el incidente, antes de resolverse a hacer evacuar la zona, aun inhabitable 30 años después.

“Los grados de realismo de Chernobyl son más elevados que en la mayoría de los filmes rusos sobre este periodo”, reconoce el diario progubernamental Izvestia.

“Pienso que se trata de una obra televisiva de alta calidad”, afirmó por su parte Susanna Alperina, periodista cultural en el diario pro-Kremlin Rossiïskaïa Gazeta.

En Rusia, la serie no se difunde en la televisión pero es accesible a través de la plataforma de streaming Amediateka, que obtuvo los derechos de muchas series populares.

La obra es elogiada porque logra reproducir el ambiente de la URSS y recuerda a veces a los espectadores rusos su infancia. La filmación fue compartida entre Ucrania y una antigua central nuclear soviética en Lituania, equipada con los mismos reactores RBMK de Chernobyl.

Realizada por el sueco Johan Renck, “Chernobyl” tiene como personaje principal al director adjunto del más grande centro de investigaciones de la URSS.

La serie se concentra en el heroísmo de los personajes comunes, pero los altos dirigentes soviéticos, empezando por el líder soviético de la época Mijail Gorbachov, son mostrados como carentes de valor y mentirosos.

La serie expresa “respeto y simpatía por la gente, por nuestro pueblo soviético”, dijo en Facebook la periodista Ksenia Larina, “pero expresa mucho desdén por las autoridades que despreciaron a sus ciudadanos”.

El diario popular Argumenty i Fakty criticó una “mentira filmada de manera brillante”, que divide al pueblo soviético entre “verdugos sanguinarios y víctimas inocentes”.

La periodista Susanna Alperina no ve que haya propaganda en la serie sino que “muestra cómo la propaganda se fabrica, lo que es diferente”.

 

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