Una huella imborrable

Edición Impresa

Diego Bagú

Director del Planetario Ciudad de La Plata

A fines de la década de 1950 comenzaba una de las más impresionantes contiendas jamás vista entre dos naciones. Y con una singular paradoja: el mismo y colosal temor de una disputa bélica nuclear que amenazaba la propia existencia humana, permitió que no se produjese tan sólo un disparo de arma. En contraposición, de desarrollarnos los más impresionantes programas espaciales existentes hasta el momento. Corría el año 1957 y era claro que nuestro satélite natural era el nuevo territorio a conquistar. Años tras año, los soviéticos se alzaban con notables triunfos. Al Sputnik 1 lo siguió el primer ser vivo en el espacio, el primer hombre y la primer mujer en viajar más allá de nuestra atmósfera, y la primer caminata espacial, por nombrar algunos de los hechos más trascendentes. Ya en 1961, y frente al congreso de su nación, el Presidente de los EE.UU. John F. Kennedy expresó taxativamente que el llevar astronautas a la Luna y regresarlos sanos y salvos sería el más importante de los desafíos a lograr en aquella época. Sólo y únicamente a partir de una trascendente decisión política, un conjunto notable de científicos, ingenieros y tecnólogos trabajando en un plan organizado y sistemático y, quizás aún más importante, una nación comprometida con semejante cometido, hizo posible que Neil Armstrong dejara hace 5 décadas esa huella lunar prácticamente imborrable para la eternidad.

Cuando observamos atrás en el tiempo, no podemos dejar de asombrarnos y, por cierto, en el mejor de los sentidos. Cuatrocientos mil hombres y mujeres trabajando de manera directa en un programa espacial, desarrollado a lo largo de 10 años, afectando el 4,5% del presupuesto de la nación más poderosa del mundo, son cifras que marcan fría y sustancialmente, lo que significó el proyecto Apollo. Una historia marcada no sólo por éxitos rotundos sino también por la tragedia misma, sellada con la muerte de tres astronautas en una prueba, vaya paradoja, en tierra (Apollo 1).

Apollo fue mucho más que un programa espacial. Apollo representa el resultado que se obtiene cuando una sociedad, una nación, y sus gobernantes están consustanciados con un ideal, con un proyecto. Se cumple medio siglo de este hecho memorable. Ocurrió el 20 de julio de 1969. Ese mismo día comenzó, y para siempre, nuestro incesante viaje a las estrellas.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE