La ex presidenta pidió ir a juicio oral en la causa de los cuadernos

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La defensa de la senadora y ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner aceptó el envío a juicio oral de la llamada causa de los Cuadernos de la corrupción, en la que está procesada como jefa de asociación ilícita y por cohecho pasivo.

En un escrito entregado al juez federal Claudio Bonadio, el abogado defensor Carlos Beraldi consideró “imprescindible” que el caso llegue a juicio ante las “ilicitudes de la investigación” y que lo ocurrido sea ventilado en esa instancia, informaron fuentes judiciales.

Beraldi remarcó que “en condiciones normales, la posibilidad de que estas actuaciones pudieran ser elevadas a juicio, en términos jurídicos, resultaría absurda”.

“Ello así, pues todo lo actuado es insanablemente nulo, al haberse vulnerado todas y cada una de las garantías previstas en la Constitución Nacional”, aseguró el abogado de la senadora.

Cristina Fernández, precandidata a la vicepresidencia de la Nación por el Frente de Todos, está procesada en esta causa con prisión preventiva, pero sigue en libertad a causa de sus fueros de senadora.

“Frente a la ausencia manifiesta de un órgano jurisdiccional que en esta instancia pueda reparar todas estas ilicitudes, resulta imprescindible que las actuaciones transiten hacia la próxima etapa procesal”, señaló Beraldi.

Consideró que en un futuro juicio oral y público, las irregularidades denunciadas podrán ser “ esclarecidas y oportunamente sancionadas”.

Los planteos de la defensa “serán canalizados en la siguiente etapa del proceso, en la cual reclamaré, una vez más, el restablecimiento de los principios constitucionales que hacen al debido proceso legal, del que deben gozar todos los habitantes de la Nación, sin excepción alguna”, remarcó.

El defensor de Cristina Fernández pidió estar presente en el sorteo del tribunal encargado de llevar adelante el juicio oral.

Por otra parte, subrayó que “incluso se ha escrito en las propias resoluciones que no existe una sola prueba directa que demuestre que mi asistida hubiera recibido coimas”, por lo que consideró que hay una “saga de ensañamientos” contra su defendida.

“Se allanaron distintos domicilios de mi representada, se destrozaron paredes y expresamente se incumplieron las directivas del Senado de la Nación sobre la manera en que debían desarrollarse estos procedimientos”, refirió entre sus críticas al juez Bonadio, instructor de la causa.

“La causa se inició a partir de un supuesto elemento de prueba obtenido por medios ilegales: los presuntos cuadernos del chofer Oscar Centeno”, apuntó.

 

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