Los resbalones de campaña que los candidatos preferían evitar pero no pueden
Edición Impresa | 31 de Julio de 2019 | 03:25

En el tenis, los errores no forzados son aquellos que se cometen sin que medie en esa ejecución alguna virtud del rival. Sin que aparezca algún tiro desestabilizador que obligue al contrario a dejar la pelota en la red o proyectarla fuera de las líneas. Son fallas que mellan la performance propia y suman para la del oponente.
En esta campaña electoral que está en su etapa final rumbo a las Primarias del 11 de agosto, han aparecido varios de esos fallos. Buena parte de ellos en los últimos días. Y la mayoría, imputables a dirigentes del Frente de Todos.
El precandidato presidencial Alberto Fernández incurrió en algunos. Acaso el más notorio fue la seguidilla de contrapuntos con periodistas, justo cuando procuraba mostrarse conciliador con la prensa. “Cuando a ustedes los atacaban (durante la era K) yo los defendí”, recordó, pero luego se cruzó con varios comunicadores.
Su compañera de fórmula, Cristina Kirchner, resbaló en un par de apariciones públicas. La última fue la más sonora: dijo que en materia alimentaria, Argentina ya está a la par de Venezuela (ver aparte).
También le apuntó a la gobernadora María Eugenia Vidal a la que trató de “hada virginal”, al quejarse porque, según ella, los medios no se meten en la vida privada de la mandataria. “A mí me inventaron amantes”, reclamó.
Pero el más sorprendente de los derrapes acaso lo haya protagonizado Aníbal Fernández cuando sobre el filo de la semana pasada, para cuestionar a la Gobernadora, aseguró que preferiría dejarles sus hijos a Barreda en lugar de a Vidal.
El oficialismo se muestra más monolítico en su discurso y su maquinaria electoral luce más aceitada y profesional. Quizás esa virtud se refleje en la poca exposición pública de Elisa Carrió. La temperamental diputada suele incurrir en algún derrape que Juntos por el Cambio busca afanosamente evitar en esta etapa crucial de la campaña en la que, según la mayoría de las encuestas, Mauricio Macri viene achicando la diferencia con Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Carrió incurrió en esos errores no forzados hace algunos meses durante sus paseos proselitistas por Córdoba y Santa Fe. En la provincia mediterránea tuvo un enorme fallido. “Gracias a Dios murió De la Sota”, afirmó en relación al ex gobernador cordobés en plena campaña por el gobierno de esa provincia. Mario Negri, el postulante que ella apadrinaba en esa contienda, no podía salir de su estupor. Lo repitió en Santa Fe cuando acusó al gobernador socialista Antonio Bonfatti por una supuesta vinculación con el narcotráfico. En ambos distritos los postulantes de Cambiemos quedaron bien lejos. Acaso ese resultado no tenga estrecha relación con la lengua filosa de Carrió. Pero todo suma.
Ahora, Lilita protagoniza apariciones esporádicas junto a María Eugenia Vidal o en la presentación de su libro. Por ahora, se contiene con sus definiciones polémicas.
Mientas los errores no forzados se suceden, analistas y consultores políticos procuran desentrañar y medir sus efectos sobre el electorado a pocos días de los comicios. Por las dudas, existen aclaraciones y medidas preventivas. Alberto Fernández tomó distancia de los dichos de Cristina sobre Venezuela. Y varios dirigentes K cuestionaron a Aníbal.
Le adjudican a algún director técnico de fútbol un frase graciosa. Cuentan que a sus dirigidos los reunió y les dijo: “Las que van adentro, está bien, pero las que van afuera, no las metan”. Debería ser un buen apunte para una bitácora de campaña.
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