La alegría fue toda brasileña en una final cargada de polémica

Le ganó 3-1 a Perú, en el Maracaná, con un “regalito” del árbitro, que inventó un penal cuando el local peor la estaba pasando

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La Copa América fue una cadena de situaciones por lo menos curiosas, que encaminaron la consagración de Brasil, el país organizador que ayer, frente a Perú, volvió a ser favorecido por un arbitraje que en este caso corrió por cuenta del chileno Roberto Tobar, quien sobre la hora, y cuando el triunfo local corría peligro, inventó un penal que selló el 3-1 que significó la celebración del pueblo brasileño.

Una verdadera postal para resumir la cuestionada actuación de los jueces centrales de cancha y de quienes actuaron como sus colaboradores desde el recinto donde se instalaron las cámaras del VAR: no hubo falta de Carlos Zambrano contra Everton, más allá de la decisión de Tobar, quien increíblemente no modificó el fallo ni siquiera después de ver la jugada otra vez.

Richarlison se hizo cargo de la ejecución, asegurando para Brasil un partido que comenzó ganando con anotación del propio Everton, que igualó Paolo Guerrero cambiando por gol una mano penal de Thiago Silva y que Gabriel Jesús había encaminado nuevamente hasta que la expulsión del autor del 2-1 hizo correr algún tipo de riesgo en el tramo final. Ahí fue cuando Tobar interpretó, equivocadamente, que un cuerpo a cuerpo Zambrano-Everton debió ser castigado con la pena máxima. Richarlison se hizo cargo, no falló y la fiesta en el Maracaná quedó asegurada.

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En lo que tiene que ver con el trámite, Perú jugó de igual a igual, con presión alta en los minutos iniciales, aunque se diluyó en los metros finales, y tras ponerse en ventaja, Brasil tomó las riendas de la final y ofreció mayor cohesión en las líneas.

Gabriel Jesús, de buen partido hasta su salida, desequilibró y envió el centro que encontró en soledad a Everton, quien resolvió como correspondía.

Las buenas producciones de Arthur, el siempre confiable Dani Alves, que obtuvo su título número 40 y fue elegido el mejor jugador de esta Copa América, y Casemiro afianzaron al equipo de Tite, que justificó la ventaja.

La primera zozobra para Brasil tuvo lugar con el empate a través de Paolo Guerrero, de tiro penal, por la mano en el área de Thiago Silva en la jugada previa. La acción fue evidente, aunque revisada por el VAR, uno de los principales actores de la Copa América.

El gol de Guerrero puso fin a los 891 minutos invictos del arquero Allison Becker, el primero y único en contra de Brasil en el torneo, y el local salió del apuro con rapidez: Arthur recuperó en el medio, cedió a Gabriel Jesús, quien aprovechó el resbalón de Zambrano para definir.

El pentacampeón del mundo, que ganó su novena Copa América, quedó con uno menos por la expulsión de Gabriel Jesús, y en ese marco Tite apostó a la resistencia y salida rápida para contener a un Perú que recibió el tiro de gracia cuando Richarlison convirtió en 3-1 el penal que solamente vio el árbitro.

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