La Región debería mejorar las propuestas turísticas de invierno

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El cercano inicio de las vacaciones de invierno permite apreciar, una vez más, la importancia potencial del turismo en la Región y la conveniencia de que las tres ciudades que la conforman -La Plata, Berisso y Ensenada- mejoren sus estructuras receptivas e, inclusive, analicen la alternativa de coordinar funcionalmente muchos de los múltiples espectáculos que ofrecen y las visitas de contingentes a los múltiples atractivos con los que disponen, para desarrollar en pleno las posibilidades que les ofrece el recurso turístico. Desde luego que, también, esa posibilidad debiera ser analizada por las autoridades comunales junto a los operadores turísticos, que pueden aportar sus conocimientos sobre el tema.

Por dar sólo algunos ejemplos genéricos, sin particularizar en ninguno de ellos, en las últimas semanas se realizaron en nuestra zona distintas ferias, muestras y jornadas celebratorias, cargadas todas ellas de tradiciones regionales y de pintoresquismo, que supieron atraer a grandes contingentes de personas residentes en la Ciudad de Buenos Aires, del Conurbano y de otros distritos bonaerenses y del país.

Acaso algunos de esos encuentros pudieron haberse realizado en los días del receso, para formar parte de esa oferta integral que la Región puede presentar ante el miniturismo que, año tras año, acude a nuestra zona, multiplicándose de esa manera la cantidad de visitantes.

La Comuna platense acaba de informar sobre su programa de actividades para el receso que se iniciará el 22 de este mes y concluirá el 2 de agosto próximo. Esa agenda incluye una serie de espectáculos recreativos y culturales a realizarse en el Pasaje Rocha, el Centro Malvinas, el Coliseo Podestá, el Museo y Archivo Dardo Rocha, la Estación Meridiano V y otros lugares, sumándose también la República de los Niños, entre otras programaciones.

Desde luego que a esos lugares de naturaleza municipal, pueden y deben sumarse los paseos que son de dependencia provincial o nacional o, también, dependientes de las comunas vecinas de Berisso y Ensenada, como el Museo de Ciencias Naturales, el Ecas, la Catedral, la Casa Curutchet, la ribera de Punta Lara, la calle Nueva York, la Iglesia Ortodoxa Griega, el Puerto y el Fuerte Barragán, entre otros múltiples atractivos que, como el centro platense cubierto por imponentes palacios gubernativos, conforman un polo turístico excepcional, acaso difícil de encontrar para los millones de habitantes que viven en la capital federal, en el Gran Buenos Aires o en distritos del interior provincial.

Se ha dicho reiteradamente que nuestra zona tiene un excelente potencial turístico que, desde la terminación de la Autopista primero, y la reciente electrificación del Roca, debiera ser explotado ya en forma inexcusable. Además, en La Plata y la zona ha mejorado sustancialmente la capacidad hotelera. Pero la llegada rápida que ofrecen la Autopista y el tren, así como las otras ventajas existentes, necesitan, por supuesto, que los municipios involucrados cumplan además con sus obligaciones básicas y garanticen, asimismo, un mejor y más adecuado mantenimiento de las principales atracciones.

Evidencias como las que volverán a vivirse en estos días, en los que la Región se verá atravesada por miles de personas que buscan disfrutar de sus paseos -pero sin que ninguna estructura receptiva, debida y profesionalmente diagramada, se ocupe de facilitar su presencia- debieran servir para que, cuanto antes, se mejore sustancialmente la oferta turística regional.

 

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