Los comerciantes prefieren perder algo de plata para conservar la clientela

Dicen que venían mal y que la nueva devaluación empeorará todo. Así, optan por aguantar un poco más para no resignar clientes

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“La gente reacciona mal. Si ve 5 pesos más en los precios, se enoja”. Lo dicen comerciantes platenses que en estos días, mientras reciben listas de los proveedores con fuertes aumentos, deben agudizar la imaginación para no perder clientela.

El golpe que trajo consigo la devaluación del peso se sintió de inmediato en el rubro alimentación y bebidas y, claro está, en el bolsillo de los vecinos de la Región.

Ahora bien, ¿qué sucede con los negocios que se dedican a rubros que no son considerados de primera necesidad? ¿Qué hacen para que sus ventas -ya muy dañadas desde hace un par de años- no sufran una caída irremontable?

En su bazar del centro, Luis contó que hacen todo lo posible por “bancar los precios”. Están recibiendo nuevas listas con aumentos de entre un 15 y un 20% promedio por producto. “Es que la mayoría es importado. Pero estamos bancando el precio de los artículos de producción nacional”, explicó.

Después dio una pista sobre la estrategia de venta en estos tiempos revueltos. “En lo posible, hay que poner en góndola productos a los que no se les aplicaron los aumentos, porque la gente reacciona mal. Si ve 5 pesos más en los precios, se enoja. Es lo que nos toca vivir”, disparó Juan.

A cargo de una marroquinería del microcentro, Rosana le dijo a este diario que “la venta bajó bastante” y que las consecuencias no se hicieron esperar: “se comenzó a sentir (la merma) el día siguiente al del salto del dólar”.

“La venta bajó en la inmensa mayoría de los productos que vendemos, pero fundamentalmente en los importados”, puntualizó la comerciante.

En coincidencia con Luis, realzó que los importados subieron entre 100 y 200 pesos, mientras que no hubo remarcaciones en la producción nacional.

Sorpresas te da el dólar

El salto que experimentó el dólar, que el lunes 12 llegó a superar los $60 para estacionarse luego en torno a los $57, hizo saltar los precios a punto tal que los propios empleados de grandes casas de electrodomésticos admitieron su sorpresa por los aumentos con que llegaron los diferentes artículos: desde 18% hasta 30% más caros.

En tanto, desde la sección “ventas” de una conocida casa de artículos para el hogar dijeron que los colchones, por ejemplo, hoy salen un 30% más que hace una semana y media. ¿Los muebles? “Pegaron un salto del 15% promedio”, indicaron.

“Hace más de dos años que estaba todo parado, y ahora se frenará más todavía. Si no fuese por los planes tipo Ahora 12, se muere todo”, lanzó una empleada de un negocio.

En muchos locales no anduvieron con vueltas y anticiparon que “con este cimbronazo vamos a perder más de lo que ya resignamos”.

En una casa de ropa de calle 12 describieron que “desde las fábricas los precios vienen aumentando, pero en la vidriera intentamos mantenerlos”.

Mantener los precios como sea parece ser la estrategia que utiliza la mayoría de los comerciantes. Algo así como “perder algo de plata pero conservar la clientela”. Claro que para ello se necesita tener un poco de espalda.

“En promedio, cobramos $350 el corte. Y no lo aumentamos. De lo contrario, nos quedamos directamente sin gente”, subrayó la dueña de una peluquería de mujeres y hombres.

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