Mientras la tasa de infecciones decrece a nivel mundial, sigue aumentando en nuestro país
Edición Impresa | 4 de Agosto de 2019 | 03:20

Mientras la tasa de personas que viven con VIH vienen descendiendo desde 2010 a nivel global, en Argentina creció un 2% y lo mismo ocurrió en buena parte de los países de Latinoamérica, lo que ubica hoy a nuestra región entre las zonas del mundo donde la Organización de Naciones Unidas considera necesario vigilar la evolución de la enfermedad.
Según los últimos datos difundidos por Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), cada año se producirían unas 100 mil nuevas infecciones de VIH en Latinoamérica, cerca de la mitad de ellas en Brasil, donde la tasa de infecciones creció un 21% a lo largo de la última década.
Con todo, Brasil (que acumula a un tercio de la población total de América Latina), no es sin embargo el país de la región que proporcionalmente más ha empeorado en este terreno.
Entre 2010 y 2018, la tasa de infecciones creció un 34% en Chile, un 22% en Bolivia y un 21% en Costa Rica.
También aumentaron las infecciones en Uruguay (9%), Honduras (7%), Guatemala (6%) y Argentina (2%), mientras que en México la tasa se mantuvo estable.
En el lado positivo, durante los últimos ocho años El Salvador logró una notable reducción de las infecciones (- 48%), al igual que Nicaragua (-29%), Colombia (-22%), Ecuador (-12%) y Paraguay (-11%)
En su último informe mundial, ONUSIDA hizo hincapié en la necesidad de no dar la espalda a comunidades como la de los hombres homosexuales o la de las mujeres transexuales, especialmente vulnerables al VIH en la región latinoamericana.
En tota, en el mundo hay actualmente unos 37,9 millones de personas infectadas y sólo dos de cada tres de ellas tienen acceso a antirretrovirales.
La ONU estima que, en 2018, unos 1,7 millones de personas contrajeron el virus de la inmunodeficiencia humana y que unas 770.000 murieron por enfermedades relacionadas con el Sida.
Aunque las cifras globales vienen descendiendo desde 2010, la ONU ha alertado en su informe que “se progresa, pero cada año menos” y ha urgido a no bajar la guardia. La desaceleración pone en riesgo, de hecho, los objetivos marcados fijados para 2020 (denominados “90-90-90”), que a este ritmo no se alcanzarían. Esas metas hacen referencia a que, para 2020, el 90% de las personas que viven con el VIH conozcan su condición, que el 90% de los diagnosticados reciban tratamiento y que el 90% de las personas en tratamiento logren hacer indetectable su carga viral.
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