Contra el cambio climático recomiendan comer verduras, cereales y menos carne
Edición Impresa | 9 de Agosto de 2019 | 02:00

Ginebra y parís
Cambiar los hábitos de alimentación, sin necesariamente convertirse en vegetariano, parece ser la tendencia que expertos de la ONU aconsejan para atemperar los efectos del cambio climático.
Al menos, así se desprende del informe dado a conocer ayer por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), donde se alienta el consumo de cereales, verduras y frutos secos, al tiempo que se aconseja una baja en la ingesta de carne, para atenuar los alcances del cambio climático.
¿Qué dice el IPCC sobre los regímenes alimentarios? Señala que cambiar los hábitos de consumo y de producción alimentarios es una de las claves para combatir el calentamiento. “Algunos regímenes alimentarios necesitan más suelo y agua y producen mayores emisiones que otros”, resumió uno de sus copresidentes, Jim Skea, al presentar la síntesis del informe.
Una frase en particular del texto destaca este punto: “Dietas equilibradas a base de alimentos de origen vegetal, como aquellas basadas en cereales secundarios [otros que los principales como el arroz o el trigo], legumbres, frutas y verduras, los frutos secos y las semillas, y alimentos de origen animal producidos en sistemas resistentes, sostenibles y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, presentan grandes oportunidades”.
El IPCC, se dijo, no formula recomendaciones sobre los regímenes alimentarios, aunque según Skea “algunos alimentos dejan una menor huella de carbono”.
El grupo no recomienda adoptar una dieta vegetariana (sin carne ni pescado) y menos aún vegana (sin ninguna proteína animal).
En cuanto al consumo de carne, se indican que “investigaciones científicas precedentes concluyen que la producción de carne, mediante la ganadería intensiva, tiene más impacto medioambiental que la de otros alimentos.
Al intentar dar respuesta al interrogante de cómo habrá que alimentarse en el futuro, el IPCC sigue la senda de recientes recomendaciones al hablar de cereales, verduras y frutos secos.
Según los especialistas, la dieta diaria ideal serían 300 gramos de verduras, 200 de frutas, 200 de cereales integrales, 250 de leche entera, y solamente 14 gramos de carne roja, es decir diez veces menos que un filete tradicional. Las proteínas se obtendrían de la carne de ave, del pescado, de los huevos o de los frutos secos.
El aporte en proteínas animales a veces es insuficiente en los países pobres, pero demasiado abundante en los países ricos de Europa y América. Además los hábitos de alimentación también difieren.
“Las prácticas de producción locales y las costumbres culturales influyen a la hora de elegir alimentos”, recordó Jim Skea.
El planeta necesita cambiar urgentemente la manera de usar y cultivar sus tierras para garantizar a la vez la seguridad alimentaria de sus habitantes y luchar contra el cambio climático, advierten los expertos de la ONU que, a su vez, recomiendan acciones “a corto plazo” contra la degradación de las tierras, el desperdicio de alimentos o las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrícola.
Las delegaciones de los 195 países miembros del IPCC examinaron durante cinco días este informe llamado “El cambio climático, la desertificación, la degradación de los suelos, la gestión sostenible de las tierras, la seguridad alimentaria y los flujos de gases de efecto invernadero”.
El informe estudia cómo el cambio climático afecta a las tierras que se usan para el cultivo, para la ganadería o para los bosques, así como las cuestiones de la seguridad alimentaria, las prácticas agrícolas y la manera en qué la deforestación modifica el clima. La conclusión principal es que “nuestro uso de las tierras [...] no es sostenible y contribuye al cambio climático”.
(AFP)
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