El resultado injusto no debiera maquillar el error en el gol ni la escasez en la creación
Edición Impresa | 1 de Septiembre de 2019 | 04:54

Por MARTÍN MENDINUETA
Parado frente al espejo Estudiantes tendría que evitar convencerse de que perdió con Vélez únicamente porque no ligó nada. Tan antigua como el fútbol es la certeza de que la buena suerte tiene los rasgos propios de una señorita de conducta infiel. A veces te besa en la boca (al “León” lo mimó frente a Aldosivi en el mismo escenario del viernes); y en otras, ni siquiera está dispuesta a saludarte en la mejilla. Va y viene. La fuerza de su encanto radica en no quedarse con nadie para siempre.
El presente albirrojo tiene otros resortes por tocar a la hora de sacar conclusiones útiles. La mediocre productividad del equipo está basada en dos miradas que tienen a su director técnico como común denominador. Gabriel Milito está considerado de forma unánime como un entrenador serio, preparado, fiel exponente de una nueva camada muy preparada y extremadamente trabajador. En el Country no hay una sola voz que no destaque tanto su dedicación como la intensidad y la variedad de tareas que despliega en cada práctica. El comportamiento que ha mostrado desde el primer momento ha sido y es ejemplar. Como consecuencia de respetar a todos, es respetado por todos. Su perfil profesional y humano parece hecho a medida para lo que pretende el presidente Sebastián Verón. Milito genera que el día a día en City Bell sea armonioso. Como tiene que ser.
El tema que todavía no cierra es la eficacia los días de partido, ni más ni menos que la verdadera prueba que rinde cada equipo. En los noventa minutos oficiales, los que se viven en el estadio, se miran por televisión, se escuchan por la radio y se comentan durante toda la semana en los bares y en las oficinas de la ciudad, Estudiantes sigue en deuda. Ha sumado poco y, además, el nivel de juego estuvo lejos de alcanzar la aprobación generalizada. Esto también ingresa en el balance de la gestión del DT. Estudiantes promete bastante más de lo que está entregando. Y allí Milito tiene su inevitable grado de responsabilidad.
Más allá de que el conductor declare públicamente que está “tranquilo por como juega Estudiantes”, sus dirigidos hoy no son confiables en defensa, siguen mostrando precariedad en la construcción de juego creativo y tampoco tienen tanto “poder fuego” en el área rival. Sí, es intenso. Sí, tiene carácter y fuerte personalidad. Pero de allí a coincidir con la mitrada del DT, hay un campo de diferencia.
SALIR JUGANDO Y LÍNEA DE TRES GUSTAN POCO
Al grueso de los hinchas de Estudiantes no le causa tanta emoción (ni orgullo cuando sale bien) esa insistencia en apostar por pases de los defensores entre sí para iniciar muchas jugadas. Lo ven peligroso, innecesario y hasta poco productivo. Días atrás, Independiente fue una versión extremista de dicha búsqueda y terminó “suicidándose” ante la presión “Pincha”. ¿Por qué no tomarlo como ejemplo de lo que no hay que hacer?
Milito, en cambio, está convencido y quiere insistir. Sobre el gol de Vélez dijo que “ese fue nuestro error y lo pagamos caro. En el partido anterior nos hicieron lo mismo. Será cosa de seguir trabajando y que no nos pase más”. No tiene pensado cambiar. Y, como si fuera poco, su gusto se inclina por esa línea de tres/cinco que libera a Facundo Sánchez y al pibe Mura para que se conviertan en hombres de ataque, pero pagando el alto costo de volverse muy permeable en el fondo.
¿Tantos son los beneficios que le depara esta nueva matriz táctica? ¿Vale la pena aplicarla? ¿Acaso no sería mejor tratar de recuperar la solidez defensiva armando una línea de cuatro clásica?
Hay más preguntas. ¿Tiene Estudiantes juego asociado con perfil ofensivo en la mitad de la cancha? ¿En muchos momentos no está demasiado solo Federico González como cabeza de ataque? En los aspectos citados Milito afirma estar conforme. ¿Los hinchas opinan lo mismo?
La valoración y el concepto que hay sobre la calidad de Milito como entrenador siguen estando bastante más altos que la imagen ofrecida actualmente por el equipo que dirige. Será saludable para él, pero fundamentalmente para Estudiantes, que esa distancia se acorte cuanto antes.
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