Dolor entre sus compañeros: “Se fue un tipazo”

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La noticia llegó rápido a las oficinas que la empresa de agua mineral Saint Michel tiene en Etcheverry. De allí, se dispersó por los canales de comunicación usuales a los repartidores que estaban a esa hora en la calle, realizando el trabajo que hasta hace poco más de una semana compartían a diario con Narciso González Padilla (58). Apenas tomaron conocimiento del deceso de el “Viejo” (como le decían algunos compañeros), quienes recorrían los barrios platenses se volvieron para el edificio de 221 entre 52 y 58. Los ánimos no eran los mejores para continuar la jornada laboral, y por ese motivo las 27 personas que tiene la compañía decidieron “bajar la persiana”. En diálogo con EL DIA, Guido Arroyo, supervisor de la firma, manifestó que “todos los muchachos estaba muy mal y se volvieron”.

La muerte de Narciso “los golpeó”, ya que era “muy buena persona, con unas ganas locas de trabajar, responsable”, contó. En tanto, su hijo Gustavo, también repartidor de agua en esa empresa, “no se separó de al lado de la cama del padre”, refirió Arroyo.

El joven está “devastado, porque perdió a su mentor y ejemplo, era un orgullo para él”, sostuvo. “Ellos tenían un vínculo fuerte”, agregó. Esa relación tenía una costumbre particular: Gustavo, que llegaba después que el papá, no salía a repartir hasta no contar con su bendición. “Para la pareja de Narciso -misionera como él- también fue un momento durísimo. Ellos se conocieron en La Plata y hace varios años que estaban juntos”, señaló Arroyo. Y finalizó: “Es algo muy triste lo que pasó. Yo dejé de salir en la camioneta por los robos”.

 

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