Rodeada de afectos y con admirable lucidez, “Ñata” celebró sus 105 años

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Lúcida, sonriente y, sobre todo, muy bien acompañada. Así celebró sus 105 años Agustina Malo de Lachanga, que nació en Santa Fe, pero es ensenadense por adopción.

“Ñata”, como la llaman todos, compartió el festejo con sus sobrinos, familiares y amigos. Incluso, su mejor amigo, “Orejita”, el perro de su sobrina Ana.

Agustina, que es la segunda de 6 hermanos, era muy niña cuando desembarcó junto con su hermano “Tito” en la casa de su tía, en Ensenada. Acaso no imaginó que llegaba para quedarse y escribir en la Región una historia hecha de cosechas y pérdidas -siendo muy joven, por ejemplo, sufrió los fallecimientos de su esposo e hijo-, tristezas y alegrías. Como la que este 6 de septiembre la llevó a celebrar su 105º vuelta al sol. Motivos, dice, le sobran: sus sobrinos son su mayor razón para seguir adelante.

“Ñata” no se priva de nada: como mujer de buen comer que es, se dice fanática del queso, el salamín, y de las facturas de su amigo el pastelero berissense Juan Manuel Herrera, quien la agasajó con un cálido saludo. Tampoco quisieron perderse el festejo las hermanas Tita, Negra y sus sobrinos cordobeses, quienes a la distancia también le hicieron llegar sus felicitaciones a “Ñata”.

Y es que, como resumen quienes la conocen, la mujer es un ejemplo de vida, de sinceridad, amor, fortaleza y valor por la vida. Ni más ni menos que “la ensenadense con mayor historia de la ciudad”, según reza el diploma con el que la reconoció el intendente de la vecina localidad.

 

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