El Golfo Pérsico y la paz mundial

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Naciones Unidas

Mario Villar

EFE

Naciones Unidas recibirá la próxima semana a buena parte de los líderes mundiales con una amplia agenda, que estará marcada sobre todo por la tensión en el Golfo Pérsico y por la necesidad de actuar contra el cambio climático.

La coreografía diplomática lleva preparándose desde hace meses, pero la actualidad manda y los recientes ataques contra refinerías saudíes han disparado la tensión entre Estados Unidos e Irán y han hecho de este asunto el más acuciante de todos los que estarán sobre la mesa.

“Este es el momento de calmar tensiones y no hay ningún sitio donde eso sea más importante que en el Golfo”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres.

Para el diplomático portugués, los ataques al petróleo saudí suponen una “escalada dramática” que debe detenerse.

Guterres, que no se ha pronunciado sobre la autoría de los mismos más allá de recordar que fueron reivindicados por los rebeldes hutíes de Yemen, anunció que expertos de Naciones Unidas van a investigar lo ocurrido. Pero Estados Unidos ya ha señalado sin dudarlo a Irán como responsable y los dos países llegarán a la Asamblea General de la ONU enzarzados en un peligroso choque.

El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que va a aumentar las sanciones contra Irán y aseguró que no “dudará” en actuar contra el país persa si se considera necesario. De otro lado, el Gobierno iraní amenazó con una respuesta “aplastante e inmediata” a cualquier agresión.

Europa, que se mantiene fiel al pacto nuclear, buscará aprovechar las reuniones de la ONU para tender puentes entre EE.UU. e Irán.

El conflicto en Yemen -estrechamente vinculado a la situación en el Golfo-, la guerra en Siria y otros conflictos estarán una vez más en la agenda de los líderes durante sus reuniones en Nueva York, aunque no se esperan grandes progresos para desbloquearlos.

Fuera de crisis geopolíticas, la gran prioridad para la ONU va a ser la lucha contar la crisis climática, un asunto que contará con su propia cumbre el lunes, en la que la organización espera el anuncio de nuevos compromisos concretos por parte de países y coaliciones.

“Estamos perdiendo la carrera contra el cambio climático”, insistió Guterres, que dejó claro a los líderes que no quiere discursos vacíos y que les urgió a cooperar para resolver esa y otras crisis como como el aumento del odio y la intolerancia.

“El mayor desafío al que se enfrentan líderes es demostrar a la gente que se preocupan, y movilizar soluciones que den respuesta a sus ansiedades. La próxima semana de alto nivel está diseñada precisamente para hacer eso”, recalcó.

 

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