Experiencias en distintas ciudades del mundo

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Se podrían construir siete escuelas con el dinero que cuesta limpiar grafitis, aseguran expertos nacionales e internacionales a la hora de hablar sobre el impacto de los grafitis en distintas ciudades del mundo.

En nuestra ciudad, distintos artistas plásticos coinciden en que no es facil encontrar una salida.

“Eel que arruina una pared lo hace como acto de rebeldía, de manera que si lo persiguen y escapa gana prestigio dentro del grupo. Y luego subirá la apuesta”, dijo Cristina Terzaghi, muralista y docente.

En Madrid llegaron a organizar “talleres de grafiti”.

“Hay que diferenciar al grafiti artístico de los tags o marcas que sólo ensucian y persiguen un objetivo que está muy lejos del arte”, apuntan expertos.

En Madrid y Alemania se llevaron a cabo distintas experiencias que permitieron reducir la cantidad de grafitis en la vía pública.

Con el nombre ¡Pinta Malasaña!, artistas y grafiteros decoraron comercios, puertas y escaparates con el apoyo y la colaboración de la junta municipal, la asociación de vecinos y las asociaciones de comerciantes.

En la ciudad de Bonn, Alemania, implementaron “los grafitis por encargo”, que terminaron cumpliendo una “función preventiva”.

Uno de los artistas plásticos locales consultado por este diario, planteó en su momento que “una ilustración elaborada en la pared de un edificio inhibe a muchos ‘grafiteros’ de rayar el muro en cuestión. Hace tres años pintamos grafitis en los muros de una estación de buses y, hasta ahora, nadie la ha rayado”, contó.

En resumen, el vándalo vuelve a portarse mal. Pero si erradicar los grafitis parece casi imposible, minimizarlos es perfectamente factible. Y La Plata podría dejar de ser una de las urbes más deterioradas del país, con todo lo que ello trae aparejado.

 

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