Cuidado con la sobrecarga de estímulos

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Por MELINA MENICHELLI (*)

La limitación en el uso de los dispositivos está relacionada con las necesidades primarias que requiere el ser humano para su desarrollo. Recordemos que la estructuración del psiquismo está destinada a constituirse enteramente en la relación con el otro, a partir de sus cuidados y el sostén emocional. Sabemos que el desarrollo del ser humano se va logrando progresivamente en cuanto al aprendizaje del dominio del propio cuerpo, del pensamiento y el lenguaje. Sin embargo, el ser humano tiene una fascinación por la imagen que antecede a la propia capacidad de procesar los estímulos que ve. Es decir que, un bebé de 6 meses puede ver en una pantalla un video y sentirse atraído y entretenido por él aun cuando no pueda procesar esa información y no tenga dominio de su cuerpo. Estamos sobrecargando con estímulos que exceden su capacidad de representación y procesamiento, por un lado, y por otro, no contribuyen a construir la capacidad simbólica. No es lo mismo mostrarle un video desde un dispositivo electrónico que sentarse a jugar con el niño, por ejemplo. En el juego con otros se produce lo más esencial del desarrollo, se aprende a representar en ausencia del objeto, se conoce el mundo, se procesan los conflictos o dificultades con las que se enfrenta el infante con el mundo, y todo esto se produce en una interacción activa que involucra a un otro. El entretenimiento desde las pantallas deja del niño en una posición pasiva desde la que no puede crear ni transformar su mundo, lo que produce sensaciones de ansiedad, deterioro del juego simbólico y el lenguaje, como principales señales de alarma y consecuencias de una excesiva exposición al entretenimiento a través de pantallas.

 

(*) Docente

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