Hong Kong, a punto a arruinar los 70 años de China comunista

Una nueva protesta prodemócratica convocada mañana en la ex colonia británica podría opacar los actos de Beijing para celebrar la fundación de la República Popular China

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Poornima WEERASEKARA
 

AFP
BEIJING

Las celebraciones que China inicia esta semana por su 70º aniversario podrían verse eclipsadas por las protestas prodemocracia en Hong Kong.

Mientras el presidente Xi Jinping se prepara para dirigir hoy un enorme desfile militar y una gala, la ex colonia británica está sumida en su peor crisis política desde 1997, cuando fue devuelta a China.

Las protestas de denuncia de la pérdida de libertades especiales en la ciudad han derivado muchas veces (y ayer no fue la excepción) en el uso de gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes violentos.

La ola de descontento, desatada por un proyecto de ley que permitía las extradiciones a la China continental, se convirtió en una reivindicación más amplia y un llamado a elecciones libres y a una menor intervención de Beijing en los asuntos del territorio semiautónomo.

Frente a los tanques y las naves militares que desfilarán en Beijing mañana 1 de octubre, los organizadores de las protestas en Hong Kong prometieron su mayor movilización hasta la fecha.

“Es prudente decir que las protestas de Hong Kong ya arruinaron la fiesta del Partido [Comunista] incluso antes de que empezara”, según el autor y activista Kong Tsung-gan.

Bajo el principio “un país, dos sistemas” -vigente hasta 2047-, Hong Kong goza de ciertas libertades de las que no disfrutan los ciudadanos del resto de China, como la libertad de expresión, el acceso sin restricciones a internet y la independencia judicial.

En la última década, este polo financiero fue escenario de varias oleadas de desobediencia civil, sobre todo en 2014 con el Movimiento de los Paraguas, cuando los manifestantes ocuparon las principales intersecciones y edificios gubernamentales reclamando el sufragio universal.

Estas protestas socavaron la narrativa del partido de que las masas se conformarían con la prosperidad sin derechos políticos, señala Kong.

China desplegó efectivos de la Policía Armada Popular en Shenzhen, ciudad fronteriza con Hong Kong, lo que alimentó las especulaciones de que Beijing podría estar preparada para intervenir si fuera necesario.

Con las concentraciones de mañana, los manifestantes de Hong Kong intentarán “enfatizar la diferencia entre la dictatorial China y el libre Hong Kong”, dice Willy Lam, profesor de la universidad China de Hong Kong.

“Incluso cuando anteriores protestas se cancelaron debido a la falta de permisos, multitudes de personas acudieron”, señala Michael Chugani, comentarista político en la ex colonia británica. “Las imágenes difundidas por todo el mundo no serán las de las conmemoraciones de China, sino las de Hong Kong ardiendo, deslustrando la cuidada imagen de estabilidad y prosperidad que la maquinaria de propaganda china quiere proyectar”, apunta.

“Lo que más avergonzaría a Beijing sería que se repitiera lo ocurrido el 1 de julio con motivo del 22º aniversario de la reunificación de Hong Kong”, advierte Chugani.

Entonces, las autoridades de Hong Kong tuvieron que seguir la ceremonia de izado de las banderas en unas pantallas dentro de un centro de convenciones, mientras cientos de miles de personas marchaban en las calles y un grupo de manifestantes radicalizados atacaba el Parlamento. El izado de banderas previsto para mañana también se celebrará en un interior.

  

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