La cuestión bonaerense llegó a la Rosada

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Mariano Spezzapria

@mnspezzapria

El presidente Alberto Fernández movió ayer sus fichas para colaborar con el gobernador Axel Kicillof, a quien recibió en la Casa Rosada con la intención de ayudarlo a superar el rechazo opositor a la discutida Ley Fiscal. En la Casa Rosada buscan respaldar al mandatario provincial para que el conflicto político no se agigante. Pero como siempre las cuestiones espinosas que se suscitan en la Provincia trascienden lo estrictamente bonaerense.

Kicillof estuvo una hora reunido con Alberto Fernández en el despacho presidencial y las señales que dio el Gobierno nacional antes y después del encuentro –que fue a solas- es que no le interesa, ni mucho menos, que se profundice el enfrentamiento entre el Gobernador y su oposición legislativa. Por eso, los contactos con figuras de Juntos por el Cambio se multiplicaron en las últimas horas.

Por caso, con el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta –considerado el jefe natural del PRO en ausencia de Mauricio Macri y de María Eugenia Vidal- y con intendentes de JxC como Néstor Grindetti, de Lanús, quien estuvo ayer en el despacho presidencial. Según pudo saber EL DIA, también hay canales de diálogo abiertos con varios intendentes radicales del interior bonaerense.

De ese modo, el Presidente buscó contribuir a que se avance con la ley impositiva evitando el rechazo opositor, algo que preocupa en la Rosada. En su encuentro con el jefe de Estado, el Gobernador también habría abordado el posible aumento para los estatales bonaerenses –en línea con el que dará Nación- y una eventual ayuda financiera a la Provincia.

Pero lo cierto es que en la Casa Rosada hubo ayer mucha presencia bonaerense. Al mediodía, antes que Kicillof, había pasado el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para almorzar con Alberto Fernández.

Con un perfil más bajo se lo vio en la Rosada al intendente de Lanús y dirigente del PRO, Grindetti. Antes de pasar a saludar al Presidente estuvo en el despacho del asesor Julián Leunda, a quien Alberto F. encomendó el diálogo con intendentes y legisladores opositores. La semana pasada había visitado al mismo funcionario el jefe comunal de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, también del PRO, con quien en la víspera se habrían mantenido contactos, al igual que con el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, a quien el propio Presidente le hizo el llamado, según trascendió.

El acercamiento del “albertismo” con algunos intendentes bonaerenses de Juntos por el Cambio también es bordado por el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. “Saben de nuestra interna y van por ahí”, deslizó un jefe comunal opositor. Además de colaborar con Kicillof, el objetivo de estos contactos sería abrir un canal de diálogo político directo con la Casa Rosada.

La “jornada bonaerense” en la sede del Gobierno concluyó con una presencia inesperada. Hasta el despacho presidencial llegó Aníbal Fernández, quien luego aclaró que no fue a pedirle a su “amigo” ningún cargo oficial. “¿Pero hablaron del peronismo?”, le preguntó un cronista. “¡Y de qué quiere que hablemos!”, exclamó el múltiple ex ministro, apurando el paso hacia la salida.

Las cuestiones espinosas en la Provincia siempre trascienden lo bonaerense

 

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