La violencia homicida en la Región ahora se llevó la vida de un hombre de 65 años
Edición Impresa | 16 de Octubre de 2020 | 03:24

“Homicidio”. La carátula de la investigación que desarrolla el fiscal penal Álvaro Garganta (UFI Nº 11) fue puesta en la Policía sobre el final de la tarde tras varias horas de revisión de una escena en la que finalmente quedó plantada la sospecha judicial de un crimen perpetrado con violencia y vinculado quizás a otros delitos en una casa de la cuadra de 122 bis entre 71 y 72, Berisso, al borde del límite con Villa Ponsati, en La Plata.
La víctima, según la identificación oficial, fue Antonio José Cravero, de 65 años, un hombre reconocible por sus vecinos, quienes se inquietaron al no verlo en los últimos dos días.
Cuando sonó la alarma del sistema policial, a media tarde, se mencionó que un vecino pidió la presencia policial al no tener novedades de Cravero.
Más tarde, en la primera actuación de la fuerza se consignó que al llegar los policías tuvieron un breve intercambio con una mujer que se presentó como ex pareja del hombre, de oficio chapista.
Según la Policía, la mujer fue convocada por un vecino que expresó las mismas dudas por la ausencia de Cravero y decidió ingresar a la propiedad.
Siempre según la versión aportada por una fuente del caso, la mujer llegó hasta una ventana, miró hacia adentro y detectó el cuerpo de Cravero en el piso.
Entonces, decidió pedir auxilio a través del 911.
EN EL PISO
Ante el cuadro, los policías apuraron el ingreso y encontraron el cadáver de Cravero tirado en el piso, boca arriba.
A partir del primer examen, se calculó que el hombre fue sometido a golpes, ya que presentaba lesiones en la cabeza.
Los investigadores creen que ese castigo pudo producirse en el marco de una pelea en el interior de la vivienda, ya que había desorden en las habitaciones.
Qué fue lo que sucedió y cuál fue la causa de la muerte es materia de la investigación que desarrolla la DDI La Plata.
Se investiga si Cravero vivía solo y las visitas que recibía en la casa de dos plantas con techo de chapa a dos aguas con un jardín frontal y un enrejado que marca el límite con la vereda.
En la reja que está sobre la línea municipal había ayer un cartel que presentaba al dueño de casa como chapista y ofrecía un teléfono de contacto. Atrás, quedó estacionado un Fiat Uno gris.
Dos fuentes de la Policía vinculadas con el caso en esas horas coincidieron en señalar sospechas con respecto a las actividades de Cravero y sus presuntos vínculos con hechos delictivos.
Puntualmente, señalaron la reducción de elementos robados.
No obstante eso, uno de los investigadores aclaró que de las primeras consultas a los archivos no surgieron antecedentes penales. Todo, mientras los peritos comenzaban a tomar evidencia en el interior de la vivienda.
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