Dos heridos de bala en cuatro incidentes distintos tras otra noche de plomo y sangre

Tres hechos ocurrieron en La Loma, presuntamente con los mismos cuatro motochorros. El restante fue en el barrio Malvinas

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Algo está sucediendo en La Plata y no se puede presumir que se trata de una conjunción de casos aislados en zonas marginales. La violencia está, de a poco, apoderándose de las calles. Los arrebatos callejeros mutaron a robos donde el exceso de fuerza se aplica aún cuando la víctima no ofrece ningún tipo de resistencia.

La noche sigue siendo la aliada principal de los delincuentes; también el arma de fuego y sobre todo la desmedida necesidad de utilizarla. “Están tirando por cualquier cosa, ya ni siquiera es para asustar”, le confió un comisario a EL DIA. Los hechos recientes le dan la razón.

El miércoles por la noche cuatro motochorros salieron de gira por el barrio La Loma. A juzgar por las imágenes de las cámaras de seguridad y por la descripción aportada por las víctimas y testigos, se los vio involucrados en al menos tres asaltos. En uno balearon en la pierna a un hombre de 63 años, como informó este diario en su edición de ayer. En otro también dispararon, aunque el proyectil quedó alojado en la puerta de un Ford Focus.

Un cuarto episodio tuvo como protagonistas a dos ladrones que probaron suerte con un ciclista, a quien salvaron los clientes de una carnicería situada en la esquina de 26 y 42. En tanto, unas horas después y a unos 3,5 kilómetros, mientras la policía científica trabajaba en los tres escenarios anteriores, dos ladrones atracaron un inmueble del barrio Malvinas y antes de huir le dispararon al propietario. La bala le dio en el abdomen y su estado de salud es desconocido.

ENTRE CORTES Y TIROS

Como tantas otras noches, Pedro González (63) salió de su domicilio, situado en la zona del parque San Martín, para caminar hasta la casa de su pareja “Lo hace siempre, aunque le hemos dicho que no vaya a pie”, le contó su hija ayer a EL DIA.

Aproximadamente a las 22.15 se retiró y emprendió el regreso. Llegó a cubrir dos cuadras hasta 30 entre 42 y 43 y no pudo avanzar más: lo abordaron cuatro malvivientes en dos motos, lo rodearon y comenzaron a “apurarlo” para que les entregara la billetera y el celular. Estaban armados, pero González se resistió. “¡Tirale, tirale!”, le gritó el conductor de uno de los rodados a su cómplice, mientras hacía sonar el escape para amedrentar al damnificado. Su compinche quería hacerlo, pero cada vez que elevaba su brazo armado, Pedro se lo bajaba de un manotazo.

La escaramuza duró segundos. El delincuente se cansó y apretó el gatillo tres veces. Dos proyectiles tuvieron destino incierto, el tercero impactó en el muslo derecho de González. Con el asalto consumado, los cuatro motoqueros escaparon por 30 hasta 42, donde doblaron en contramano. Venían de un hecho similar y en 20 minutos cometerían al menos uno más.

Los cuatro delincuentes que atacaron en La Loma lo hicieron al menos tres veces

Toda la secuencia fue observada por Matías, que había escuchado los “cortes” del caño de escape de una de las motos y entonces se asomó a la ventana. “Si no se trenzaba con el chorro, lo mataban. Le apuntaba arriba (por la cabeza) y el señor le agarraba las manos”, explicó. Apenas se fueron los asaltantes, salió a asistir al hombre. Lo mismo hicieron todos los vecinos de la cuadra.

“Éramos como 25 personas”, aseguró Sonia, una mujer que vive enfrente y acudió “cuando oí los alaridos” de Pedro, que corrió unos metros pidiendo auxilio. “El señor clamaba que lo fueran a ayudar porque se desangraba, dejó todo un rastro de sangre. Me quedaron los gritos grabados”, añadió.

“Yo me quiero quejar, no puede ser que no haya un patrullero en la calle. Éramos treinta vecino y la Policía llegó a cualquier hora”, dijo Silvia. Ella tuvo miedo por su vida cuando “sentí dos estruendos, que primero creí que eran escapes y después me di cuenta de que eran tiro”. Su primera reacción fue ir hacia el fondo de su hogar, aunque salió unos minutos después, “cuando le preguntaron al hombre si estaba bien”.

A un hombre de 48 años le dispararon en 37 entre 150 y 151. No descartan un ajuste de cuentas

 

Una mujer cargó al herido en su camioneta y lo trasladó con premura al hospital Italiano. El orificio era de entrada y salida, y por la madrugada del jueves fue dado de alta.

A las 22.44 emboscaron a Nicolás (41), mientras éste se aprestaba para ir a trabajar. Había dejado su auto, un Ford Focus Blanco, en la esquina de 43 y 27. Sabrina, su esposa, le contó a este diario que “mi marido salía para ir a trabajar y escuchó que gritaban ‘a ese, a ese’ y alcanzó a subir” a su vehículo.

No obstante, “uno se bajó rápido y se le fue para el lado del conductor, mientras otro fue hacia el lado del acompañante. Le quisieron abrir las puertas y en un momento creo que le dispararon tres veces, porque yo vi como un fogonazo”, indicó. La Policía Científica hallaría una sola vaina.

Sabrina escuchó los ruidos provenientes de la calle y corrió la cortina para encontrarse con el ataque. Nicolás salió “arando” y regresó a los 20 minutos. En la puerta tenía la marca de un balazo. Ambos llamaron a la Policía “y a los 20 minutos llegó un patrullero”, agregó la mujer. Ayer, “hablando con los vecinos, el muchacho de la verdulería que está pegada a mi casa me dijo que los vio (a los ladrones) pasar tipo 20.30, como buscando”.

Luego reflexionó: “La verdad es que cuando oscurece no podés salir a ningún lado. Yo no voy ni al quiosco, no queda nadie, está peligroso. Sé que no sirve de mucho nuestro testimonio pero la verdad es que es angustiante salir a la calle con tantos delincuentes dando vueltas y todos debemos tener cuidado y mirar bien al salir. Lamentablemente esto está cada vez peor”.

Como se dijo, una hora antes del atraco a Nicolás, un joven que circulaba en bicicleta los cruzó en 26 y 42. Se le abalanzaron en un instante, le sustrajeron la mochila y siguieron su rumbo.

OTRA VEZ LA PALMERA

Por último, en el barrio Malvinas, a 50 metros del sector conocido como “La Palmera”, Abel Arancibia Leiva (48) fue baleado en ocasión de robo. Según denunció, dos desconocidos se metieron en su vivienda de 37 entre 150 y 151 por la madrugada y lo amenazaron con pistolas. Recorrieron el interior de la finca y se hicieron con una amoladora, una garrafa de gas y una motocicleta Honda Wave, que no tenía patente. Antes de marcharse le dispararon en la zona abdominal. Leiva fue derivado al hospital Alejandro Korn, donde fue intervenido. Fuentes oficiales revelaron que podría haberse tratado de un ajuste de cuentas.

Cabe recordar que, a tres cuadras de allí, la familia de un albañil recibió la visita de cuatro sujetos armados y vestidos con chalecos antibalas de la Policía. Buscaban “drogas y plata” y huyeron a los tiros sin llevarse nada.

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