Mujeres: casi la mitad tiene una mala percepción de su calidad de vida

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Por NOEMÍ ROJÍN GUITIÁN

Casi una de cada dos mujeres sienten que su calidad de vida física y mental es mala. Así lo demuestra el “Informe sobre la Adherencia de las mujeres adultas en España a hábitos saludables” llevado a cabo por la asociación Las Mujeres Nos Movemos en colaboración con expertos de diferentes ámbitos de la salud

El Estudio Sobre la Adherencia de las mujeres adultas a hábitos saludables ha sido impulsado por Las Mujeres nos Movemos, una asociación que promueve la concienciación de la mujer para lograr un estilo de vida saludable.

En el estudio colaboraron investigadores de la Universidad Europea de Madrid junto con profesionales de la actividad física y el deporte, nutricionistas, psicólogos y enfermeras del Consejo General de la Educación Física y Deportiva (COLEF), del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y de la Federación de Asociaciones de Enfermería Comunitaria y Atención Primaria (FAECAP).

El proyecto se llevó a cabo durante 18 meses y han participado 3.000 mujeres españolas mayores de edad.

Los indicadores a analizar se centraron en la percepción de la calidad de vida, el ejercicio que practican, sedentarismo, la adherencia a la dieta mediterránea, y el estado físico y emocional de las encuestadas.

Esta iniciativa se engloba en el proyecto “Thinking Time” que pretende guiar a las mujeres a través de diferentes herramientas de actuación para promover la práctica de una vida saludable.

Las principales conclusiones establecen que las mujeres tienen una mala percepción de su calidad de vida física (46,79 %) y de su calidad de vida emocional (48,45 %).

Seguir una dieta equilibrada es esencial para mantener unos hábitos de vida saludables. Los datos extraídos del cuestionario revelan que el 15,12 % reconoce no seguir la dieta mediterránea. El 72,09 % afirma tener una adherencia media y solo el 12,89 % de las mujeres afirma seguirla de forma regular.

En la Comunidad de Madrid casi cuatro de cada diez mujeres tienen una baja adherencia a la dieta mediterránea. Algo más de la mitad tiene una adherencia media (54,45 %) y menos de una de cada diez tiene una adherencia alta.

“Es muy importante comer bien. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las mujeres tienen unos depósitos para las grasas mayores que los hombres”, indicó Antonio Villarino, presidente de SEDCA.

Villarino sostiene que las mujeres están en desventaja respecto a los hombres a la hora de padecer sobrepeso. El embarazo y los depósitos de grasa hacen que la situación sea “muy compleja desde ese punto de vista para las mujeres”.

El especialista indica que hay que tener en cuenta los cambios hormonales que sufren las mujeres en la peri, pre y post menopausia. “En estas etapas el cuerpo es una máquina de producir grasa”, explica el presidente de SEDCA.

En lo que se refiere a la actividad física, tanto en la encuesta nacional como en Madrid, los datos ponen de manifiesto que las mujeres pasan al día 6,23 horas sentadas, lo que sobrepasa las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

PROBLEMAS DE ÁNIMO

“Para hablar de un trastorno del estado anímico, como la depresión, tienen que darse unas condiciones. Una de ellas es que aquellas cosas que antes te daban placer o disfrute ahora no”, expresa Raquel Tomé, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Psicólogos de Madrid.

Es común que las personas deprimidas sientan una profunda tristeza, sientan que no sirven para nada o el ánimo muy bajo. Todo ello repercute a la hora de realizar ejercicio.

Aunque hay diferentes tipos de depresión, la vocal del Colegio de Psicólogos indica que no hay un perfil definido para sufrir depresión. Cualquier persona puede padecerla en cualquier momento de la vida. Sin embargo, Tomé apunta que las mujeres sufren casi el doble depresión. “Las mujeres tenemos más predisposición a sufrirla porque podemos desarrollarla frente a cambios adaptativos que nos resulten difíciles como la maternidad”, sostiene.

La experta señala que es crucial un abordaje temprano de estos trastornos con profesionales para evitar recaídas, pero también es importante “implicarse”.

“Implicarse consiste en cuidar hábitos de vida saludables, conocer la enfermedad y sus señales, cuidar el descanso, hacer ejercicio y comer bien”, recomienda.

HÁBITOS SALUDABLES

Teniendo en cuenta esta realidad es necesario un cambio social y de hábitos que se puede conseguir a través de la investigación, concienciación y educación.

Es importante practicar ejercicio físico pautado por un profesional y ajustar la intensidad, fuerza y el propio ejercicio a las características de cada persona.

De la misma forma, es importante calentar el músculo antes de realizar cualquier ejercicio y conocer los límites de uno mismo.

Cuidar la salud mental acudiendo al psicólogo y mantener una dieta equilibrada y sana son también requisitos esenciales para conseguir una mejor calidad de vida.

 

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