Detectan coronavirus en las aguas residuales de un barrio popular del Conurbano

Los investigadores que hicieron el hallazgo afirman que su presencia puede ser un indicador del impacto del virus en la comunidad

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Un equipo de investigadores del Conicet y la Universidad de Quilmes detectaron el nuevo coronavirus en aguas residuales de un barrio popular y observaron que su presencia aumentaba o disminuía de acuerdo con la cantidad de contagios registrados en esa comunidad. Su trabajo, que plantea la posibilidad de utilizar este método como un indicador epidemiológico, es el primero de su tipo en demostrar esa correlación en un ámbito sin sistema cloacal.

“Hasta el momento había muchos trabajos sobre la búsqueda de restos genómicos de SARS-Cov-2 en aguas residuales en España, Italia, Austria, pero siempre fueron en poblaciones con redes cloacales definidas. Nuestro objetivo fue comprobar si esto era posible en barrios populares donde no toda la población tiene cloaca”, explicó Juan Manuel Carballeda, uno de los autores de la investigación.

El trabajo, que se encuentra en proceso de publicación y cuyo autor principal es el investigador Néstor Gabriel Iglesias, arrojó un resultado contundente: “el aumento de casos se correspondía muy bien con el aumento en la detección de genoma de SARS-Cov-2”.

El estudio se realizó en el barrio Itatí de Quilmes entre mayo y septiembre de este año: “Analizando topológicamente el barrio vimos que la mayor parte de la descarga va a una laguna a cielo abierto y pasa por un bomba que ayuda en esa descarga, y ahí es donde tomamos las muestras”, describió Carballeda.

“Allí se coloca un aparato que toma muestras cada veinte minutos durante seis horas, ese material se lleva al laboratorio, donde se hace la extracción de ácidos nucléicos y sobre eso se realiza la PCR en tiempo real, similar al proceso que se utiliza para hacer diagnóstico”, detalló el investigador.

“Observamos para esta comunidad que las mediciones de las concentraciones de SARS-Cov-2 en aguas superficiales contaminadas por aguas residuales pueden considerarse como una estimación de los cambios en la prevalencia de Covid-19 a nivel de población”, señalaron los autores en las conclusiones.

Si bien “la búsqueda de virus en las aguas cloacales es una herramienta de vigilancia epidemiológica muy interesante”, Carballeda reconoce que existen “muchas salvedades sobre su uso como herramienta única, más que nada cuando surgen resultados negativos: porque la no detección puede ser porque hubo lluvias intensas, un problema en la toma de la muestra, alguna contaminación”.

“Esto significa que si el resultado es negativo no podemos descartar que haya casos, pero sí vimos que cuando los casos aumentaron se incrementó la detección”, señaló.

El trabajo, que se realizó en coordinación con el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), el Organismo Provincial de Integración Social y Urbana (Opisu) y con el Municipio de Quilmes, fue parte de una estrategia de vigilancia en el barrio que incluyó además el seguimiento y el rastreo de contactos.

“En Itatí hubo una política de mitigación muy fuerte de casos, de hecho los estudios de serológicos posteriores arrojaron una prevalencia del 17% a diferencia de otros barrios populares como fue el barrio 31 en CABA donde se concluyó que se había infectado más del 50% de los habitantes”, describió el investigador.

 

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