Promesas de inferiores que siguen soñando, a pesar de la pandemia
Edición Impresa | 4 de Octubre de 2020 | 04:01

Por WALTER EPÍSCOPO
La Primera División ya juega amistosos. El ascenso comenzó a entrenar. Los planteles de fútbol femenino también. Pero los pibes como dice el tango Cafetín de Buenos Aires, con “la ñata contra el vidrio” miran a los demás y esperan. Las divisiones juveniles de AFA realizaron entre enero y febrero la pretemporada, jugaron amistosos y el sábado 14 de marzo alcanzaron a jugar una fecha (que correspondía a la 2° jornada), y encima de manera parcial por el mal tiempo reinante. Y no hubo tiempo para más, por que solamente 24 horas después se suspenderían todos los torneos y obviamente los chicos dejaban de entrenar en sus predios.
Ya pasaron poco más de 6 meses de aquello y continúan con la modalidad de entrenar de manera virtual con sus divisiones y cada uno desde su hogar. Sin dudas es difícil de llevar para adolescentes llenos de sueños, de objetivos y con las ganas de seguir creciendo y mejorando. Las historias son muchísimas y cada una es especial. Cada futbolista juvenil es un “manojo” de sueños que aún tienen, pero que este 2020 por el Coronavirus parece haber retrasado, o al menos, puesto “en pausa”.
Franco Rodríguez tiene 19 años y quería cumplir el sueño de jugar en Gimnasia. Dejó Racing y le dijo “no” a alguna propuesta tentadora que ya le había llegado del exterior, para cumplir el sueño paterno de ponerse la azul y blanca.
Xochtiel D´Amelio tiene 16 años y le costó en su momento dejar su 25 de Mayo natal, pero su sueño de jugar al fútbol era más fuerte. A los 13 años se probó en Estudiantes y no quedó, pero un año después de puro cabeza dura volvió y esta vez fue “sí”. Se hizo el bolso y se vino a vivir a la pensión del Pincha.
Ambos tienen una coincidencia. Ninguno pudo jugar el 14 de marzo pasado. El León se midió con Unión de Santa Fe pero las tres divisiones menores jugaban de local y se suspendieron (la Séptima División es la de D´Amelio). El Lobo, jugó con Atlético Tucumán y las tres categorías mayores tampoco pudieron hacerlo por la lluvia (la Cuarta División es la de Rodríguez).
UNA ESPERA LARGA
Franco Rodríguez por momentos no puede creer todo esto, por que su espera es aún mayor, comenzó el año pasado. Entrenó medio año en 2019 sin poder jugar esperando que lo ficharan tras dar un gran paso. “Yo jugaba en Racing, estaba bien, jugaba en Sexta, lo hice en Quinta y hasta entrené un par de veces con Primera, pero siempre tuve ganas de jugar en Gimnasia porque soy hincha. Mi papá, mi bisabuelo, todos de Gimnasia. Se dio la posibilidad y no dudé en poder cumplir el sueño”, comienza diciendo Franco, que juega como volante extremo.
“El año pasado, antes de mitad de año vine a Gimnasia y entrené hasta diciembre pero no me podían fichar. En Cuarta estaban el Coco San Esteban y el Negro Olivera que me bancaron esos meses practicando con el grupo, gracias también al coordinador Marcelo Ramos que me autorizó a entrenar. A comienzos de este año me ficharon, hice la pretemporada, me tocó jugar amistosos y convertí contra Huracán. Y sentí una gran emoción cuando Lucas Lobos (el encargado este año de la Cuarta) me citó para el primer partido con Atlético Tucumán, fue hermoso, lástima que después se suspendió ese sábado por la lluvia y el lunes se cortó todo”.
No es un momento fácil para un chico que lo que más quiere es jugar a la pelota y hoy solo puede entrenar por Zoom, pero sabe que no queda otra. “Es un bajón esto porque uno tiene muchas ganas de progresar. Estaba con mucha ansiedad porque esperaba el momento de poder jugar en Gimnasia, de ponerme la camiseta. Pero bueno, no queda otra que entrenar por Zoom, de lunes a sábado, mientras esperamos poder volver a entrenar con los compañeros”.
Futbolero desde chico, viviendo en ese momento en Bernal, no olvida los sacrificios familiares. “Siempre todo nos costó mucho. Mi familia es muy humilde y recuerdo que mientras pudo mi mamá me llevaba a cada entrenamiento a Racing. A los 13 años empecé a viajar solo porque no nos alcanzaba para los dos. Entonces me cargaba la SUBE y yo me iba a entrenar solo mientras ella se iba a trabajar”. Por otro lado, no olvida los entrenamientos “personalizados” con su padre. “Yo soy derecho, pero me manejo bien con la zurda. Desde chico mi papá me obligaba a jugar con la zurda. El supo jugar también al fútbol, y me preparaba pelotitas con arena, y me hacía patear contra la pared”, recuerda sonriendo.
Sus objetivos son claros y como todo chico de inferiores Franco tiene sueños que ninguna pandemia podrá quebrar. “Voy cumpliendo metas. Quería jugar en Gimnasia, esperé y acá estoy. Ojalá pueda llegar a Primera, entrar a jugar al Bosque... Y para cumplir eso, sé que tengo que trabajar duro para cuando me llegue el momento poder responder de la mejor manera”, dice el juvenil que tiempo atrás supo llamar la atención de varios clubes argentinos y uno de España, pero, “la sangre tira”, remata con una sonrisa, confirmando que no se arrepiente de haber elegido venirse a Gimnasia.
CON LOS SUEÑOS A CUESTAS
Xochtiel D´Amelio no sabe de imposibles. Como trepa por el lateral izquierdo de la defensa, a este zurdo que según el esquema táctico se puede convertir tranquilamente en volante, nada lo detiene, ni lo detuvo. Y las pruebas están a la vista. En su 25 de Mayo natal acunó el sueño de ser jugador de fútbol y fue por eso. “En 2017 fui a probarme a Estudiantes con edad de Pre Novena y no quedé. Obvio que me puso triste, tenía 13 años, pero seguí entrenando y esperé...”, comienza contando el lateral-volante, quien agrega, “en 2018 volví, me fui a probar otra vez y quedé ya para jugar en Novena. Y ahí arranqué, después pasé por Octava y ahora estoy en Séptima que la dirige Sergio Capitanio”.
Como quedó dicho, este es un año distinto. Raro. Que nadie tenía en los planes y donde se modificó todo a partir de ese 14 de marzo. “Me acuerdo que íbamos a jugar con Unión, ese sábado llovió y se suspendió. Y a partir de ahí todo cambió. Es increíble todo esto. Ahora entrenamos por Zoom los martes y jueves grupales, y el resto de los días tenemos charlas. A veces con Psicólogos, otras con jugadores de la Primera División. También hablamos con gente sobre la historia del Club”, cuenta entusiasmado.
Por estos días está en 25 de Mayo donde tiene un lugar para correr, “pero estoy esperando poder pegarle a la pelota de nuevo”, dice sonriendo “Xuti”, sobrenombre que le pusieron en el barrio y que se trasladó al Pincha donde afirma que “es una gran familia también”. Es que desde un primer momento se mudó a la pensión del Club. “Cuando quedé me dijeron que había lugar en la pensión así que me mudé a vivir ahí. Si bien mi familia me apoya en esto, al principio les costó mucho dejarme ir solo siendo tan chico”.
“Y hoy puedo decir que la pensión es una familia también. Nos vemos con los chicos todo el día, desde que nos levantamos, vamos a entrenar y nos acostamos. Para un chico que está lejos de la casa y la familia, es muy lindo poder compartir distintos momentos con los compañeros. Estamos todos en la misma y nos acompañamos entre todos”, afirma Xochtiel.
Sin dudas es uno de los juveniles de la cantera Pincha que promete, que desde las divisiones más grandes ya lo miran como para subirlo en cualquier momento, pero él mantiene la calma. “Se que el camino es largo, pero me tengo fe. Mi sueño es poder debutar en Primera y devolverle al Club todo lo que me está dando ahora. Me da mucha ilusión y me gusta ver que muchos juveniles de las inferiores son tenidos en cuenta y van debutando en Primera División. Eso me sirve para ver que el sueño, es posible”.
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