Lágrimas, festejos y dudas tras el fin de la guerra entre Azerbaiyán y Armenia
Edición Impresa | 11 de Noviembre de 2020 | 03:44

El anuncio de un acuerdo para poner fin a la guerra en la disputada región separatista de Nagorno Karabaj desató un sentimiento de derrota en Armenia, júbilo y celebraciones en Azerbaiyán, el inicio de un despliegue de fuerzas de paz desde Rusia y un interrogante: ¿cuál será el rol de Turquía?
Tras seis semanas de duros combates que hicieron temer una guerra de dimensiones internacionales, los líderes de Armenia, Azerbaiyán y Rusia firmaron una declaración para “poner fin a la guerra” por Nagorno Karabaj, un enclave de mayoría armenia que declaró su independencia de Azerbaiyán.
El anuncio desató una ola de protestas y disturbios durante la madrugada en Ereván, la capital armenia.
Durante el día, las escenas de caos desaparecieron, pero los pedidos de la oposición para que el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, renuncie continuaban, al igual que un sentimiento generalizado en la sociedad de “bronca, tristeza y pérdida”, según describió la cadena de noticias Al Jazeera.
El lunes por la noche Pashinian reconoció que firmar el acuerdo fue “una decisión muy difícil” y supuso “un dolor indescriptible”, y explicó que su decisión se basó “en un análisis de la situación militar”.
Unas horas antes del acuerdo, Azerbaiyán, un país con recursos petroleros que en las últimas décadas mejoró sustancialmente su capacidad militar, había anunciado la toma de Shusha, una ciudad estratégica dentro de Nagorno Karabaj, a 180 kilómetros de la capital de esa región separatista, Stepanakert.
Según explicó Al Jazeera, Pashinian tiene el apoyo de la cúpula militar, pero la situación política sigue siendo incierta.
Al mismo tiempo, el clima político y social en Bakú, la capital azerbaiyana, era completamente opuesto.
Tras el mensaje a la nación del presidente Ilham Aliyev, en el que calificó el acuerdo como “una capitulación” armenia, grupos de personas salieron a las calles con banderas nacionales y de Turquía -el principal aliado del país durante esta guerra-, algunos a pie y otros en autos.
Hubo cantos, bailes y escenas de celebraciones similares a las que se habían visto cuando el Gobierno anunció la toma de Shusha.
La alegría se debe a que el acuerdo establece que cada parte, Armenia y Azerbaiyán, mantendrán las zonas “conquistadas”, mientras que una fuerza de paz extranjera controlará el cese de hostilidades en la línea divisoria de facto entre las zonas bajo control armenio y azerbaiyano, y entre el Nagorno Karabaj armenio y la Rep. de Armenia.
Además, Armenia debe entregar otros distritos que eran controlados desde los años 90 por sus fuerzas: Kalbajar antes del 15 de noviembre de 2020, Agdam antes del 20 de noviembre de 2020 y Lachin antes del 1 de diciembre de 2020, según detalló la agencia de noticias AFP.
El Ministerio de Defensa ruso informó hoy que ya partieron hacia Nagorno Kabaraj 12 aviones con parte de los 1.960 soldados de paz, 90 vehículos blindados y armamento.
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