Un empresario con fuertes vínculos con la política

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Jorge Brito fue un destacado empresario argentino y uno de los máximos referentes de la actividad bancaria en el país y la región.

Nacido en 1952 en Buenos Aires, junto a Marcela Carballo tuvo seis hijos: Milagros, Jorge, Marcos, Constanza, Santiago y Mateo.

Después de un período fuera de la conducción del Banco Macro, en abril de este año volvió a hacerse cargo de la presidencia del Directorio; y entre 2003 y 2016 ocupó la presidencia de Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (Adeba).

Esa representación de las entidades bancarias argentinas lo condujo, en 2012, hacia la presidencia de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban).

A su vez, como presidente de Adeba, formó parte del Grupo de los Seis (G-6), grupo que reúne a las principales entidades empresariales del país.

A comienzos de año había afirmado que “el gobierno anterior -en referencia a la administración de Mauricio Macri- dejó a la Argentina en una situación económica muy mala, entonces reconstruir el aparato productivo y el salario real no va a ser fácil”.

Meses después, en julio pasado calificó como “muy importante” a la oferta de reestructuración de deuda que realizó el Gobierno a los tenedores internacionales.

Como empresario, si bien el núcleo duro de su actividad comercial se encontraba en el rubro bancario y financiero, también lo hizo en el ámbito inmobiliario, agropecuario y energético, entre otros.

OTROS NEGOCIOS

Principal accionista de Grupo Macro, poseía negocios inmobiliarios con Vizora y negocios agropecuarios con Inversora Juramento, Frigorífico Bermejo y Cabaña Juramento; y era accionista en Genneia, empresa del sector energético.

En 2017 la revista Forbes calculó que su patrimonio se acercaba a los 1.800 millones de dólares.

Durante el kirchnerismo se lo vinculó al financiamiento de la compra de la empresa Ciccone a través del fondo Old Fund. Esta vinculación con el ex vicepresidente Amado Boudou causó un cisma en la cúpula del Macro, tanto que Carballo tomó distancia por un tiempo de la conducción de la empresa. Ayer Boudou fue el primero que lo despidió públicamente.

Su nave insignia, el Banco Macro, desembarcó en Wall Street con sus acciones en 2006. La valuación de mercado de la entidad se acercó a los 10.000 millones de dólares a finales de 2017, pico desde donde cayó a los 1.800 millones actuales.

Durante el segundo mandato de Cristina Kirchner, y ante la imposibilidad de distribuir dividendos en dólares, invirtió más de 40 millones de dólares en levantar la torre de Puerto Madero a donde mudó la casa central del banco, que obligaron a Brito a abandonar las históricas oficinas de Sarmiento entre Maipú y Esmeralda.

 

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