Las jugueterías, en alerta: ¿una Navidad con menos variedad en las estanterías?

Trabas en la importación y fábricas nacionales que no trabajan al cien por ciento por cuestiones sanitarias, dos de los factores

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Falta poco más de un mes para Navidad, pero ya se encienden algunas luces de advertencia sobre la posibilidad de que las estanterías de los juguetes no tengan variedad ni se expongan completas como otros años. Hay varios factores que jaquean al sector: trabas en la importación y fábricas nacionales que no trabajan al cien por ciento por cuestiones sanitarias, generadas por la pandemia del coronavirus.

En una juguetería del barrio parque Alberti, Luis Arcidiacono, su dueño, planteó que “podemos tener un diciembre más complicado que otros años. En nuestro caso no tenemos el problema de la importación, pero las fábricas nacionales pueden tener algún inconveniente para conseguir los insumos. ¿Falta mercadería?: si, pero tampoco en gran cantidad”.

Daniel Di Mare, director de Marketing de una fábrica nacional de juguetes, explicó a este diario que “puede haber demoras en la importación de los juguetes más modernos, los nuevos personajes. En nuestro caso es una empresa nacional que viene produciendo las 24 horas, con turnos rotativos, en los que trabaja casi el 85 por ciento del personal –el resto no lo hace por ser personal de riesgo de salud. La producción nos permite desde mayo cubrir la demanda que tiene el mercado”.

En el rubro juguetes, los productos que se fabrican en el país cubren el 40 por ciento del mercado. Según fuentes del sector, puede haber un poco de desabastecimiento del insumo plástico, porque estuvo parada un largo tiempo una fábrica de Mendoza y otra en Brasil, lo que podría generar algún inconveniente, pero aseguran que “la situación no será grave ni complicada”. Ejemplifican: aquellas compañías que producen triciclos, podrían tener una merma de producción del 50 por ciento.

A su vez se remarca que “antes de la pandemia ingresó mucho mercadería importada que aún no fue vendida, por lo cual ese remanente también contribuirá a fortalecer las góndolas”.

También mencionaron que “los que sentirán el mayor impacto serán quienes siempre se abocaron únicamente a vender mercadería importada o lo hacían en un 90 por ciento y durante ese tiempo desestimaron la industria nacional. Si ahora quieren proveerse del mercado local quizás tendrán que ingresar en una lista de espera”.

Sobre el tema precios aseguraron fuentes consultadas por este diario que “el valor del plástico es volátil, depende del dólar y del precio del petróleo, ya que el plástico es un derivado del petróleo”. Fuentes del sector de la industria nacional del juguete remarcan que podría haber subas de hasta el 45 por ciento con respecto al año anterior.

También hay un tironeo entre cámaras de jugueterías y el Gobierno nacional. Las señales de alarma provienen de la Asociación Argentina de Empresas de Juguetes y Afines (Aadeja), que agrupa a importadores, conocidas jugueterías y a algunos fabricantes: “sin una solución urgente, habrá escasez. Los chicos van a quedarse sin juguetes en Navidad. Y miles de jugueterías, en peligro de desaparecer ante una caída de ventas que podría superar el 50 por ciento”, plantearon.

En tanto, desde el Gobierno nacional aseguran que “no hay trabas en la importación”, los trámites se resuelven entre 48 ó 72 horas hábiles.

Diciembre es un mes clave para el sector: representa el 60 por ciento de las ventas anuales.

¿Qué juguetes podrían faltar? De comprobarse los anuncios realizados por Aadeja habría escasez de mecanizados, electrónicos, a radiocontrol, inflables para pileta, y personajes que tienen mucha publicidad: muñecos y muñecas de series emblemáticas, modernas y películas taquilleras. En ese contexto pueden tener más chances los productos que se fabrican en Argentina: piezas de encastre de marcas emblemáticas, muñecas, camioncitos, masas de moldeo, monopatines, triciclos, andadores, toboganes y hamacas, entre otros.

En la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), que agrupa a los fabricantes locales, prefieren definir el panorama como “atípico” y “de transición” entre un modelo de importación excesiva y una nueva etapa que busca priorizar la oferta local, para que recupere terreno y vuelva a tener “más del 50 por ciento” del mercado.

 

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