La seguridad vial y la responsabilidad profesional

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La filmación por parte de un lector de un video en el que mostró a un camión con acoplado perteneciente a la Municipalidad de Ensenada, cuando presuntamente circulaba a unos 100 kms/h por la diagonal 74 que une a La Plata con Punta Lara, nos podría volver a remitir, y reflexionar sobre el grave problema de la inseguridad vial en nuestra región y en el país.

Este camión que se ve en la imagen de gran porte, de una extensión promedio de unos veinte metros y muchas toneladas de peso, parecía transitar a una velocidad considerable en el distrito, por una vía caminera que habitualmente circulan muchos automotores y cuya calzada no se encuentra en condiciones ideales, afectada por baches y ondulaciones.

Tal como se informó, la filmación que circuló por las redes sociales fue realizada desde un rodado menor por la acompañante del que lo manejaba y según detalló el camión transitó a esa velocidad a lo largo de toda la diagonal y “por momentos pasó los 100 kilómetros por hora”.

Se consignó que en el tramo de 9 kilómetros que va desde la rotonda de 32 y 120 hasta la de Punta Lara existen diferentes velocidades máximas que dependen del estado del camino y de la zona en la que se encuentren (cabe consignar que comprende también parte de la ruta 11). Pero en la mayor parte del trayecto no supera los 60 km/h y en ningún caso puede superar los 80.

El tema aquí mencionado supera los alcances de un caso particular y tiene mucho que ver con el de la responsabilidad que, se supone, deben demostrar los choferes profesionales en situaciones que alcanzan a quienes manejan omnibus de larga, media o corta distancia, así como a taxistas, remiseros o conductores de transportes escolares, entre otros.

Se presume que, tanto por el volumen físico de los vehículos que deben conducir, como por el hecho de que trasladan pasajeros cuyas vidas e integridad física quedan cotidianamente a su cargo, les atañen a ellos las mayores responsabilidades a la hora de preservar la seguridad vial. Cualquier maniobra imprudente o cualquier contingencia mecánica inesperada, pueden traducirse en consecuencias extremadamente graves. Y de allí los mayores recaudos que se les exige tomar a todos ellos, así como los controles periódicos de aptitud a los que se encuentran sometidos.

Asimismo, corresponde recordar que los Municipios son los organismos primarios de aplicación de las leyes del tránsito y que en ellos, también, se deposita buena parte de la tarea de contralor de la seguridad vial.

Sería injusto desmerecer el nivel de profesionalismo que exhibe la mayoría de los conductores de ómnibus, de los camioneros y de todos quienes van a cargo de los demás vehículos que requieren la tenencia de un carnet especial para poder manejarlo. Ello no impide reclamar que las autoridades agoten las instancias para que ellos sean los primeros -y den el ejemplo- a la hora de cumplir con las leyes de tránsito.

 

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