Alerta en el río: peces muertos, actividades suspendidas y riesgo
Edición Impresa | 28 de Noviembre de 2020 | 02:58

La aparición de centenares de peces flotando sin vida, ayer, en la zona del Río Santiago y el Arroyo Doña Flora, sumó otra señal de alerta sobre el impacto de las cianobacterias, un grupo de bacterias prehistóricas que tiñen de verde las aguas del sistema fluvial de la ribera. Los especialistas consultados por EL DIA alertan que el fenómeno, que podría prolongarse durante “gran parte” del verano y que ya puso en jaque la provisión de agua en La Plata, Berisso y Ensenada, también impactará en el uso recreativo que se hace del Río de la Plata.
Anoche, de hecho, el Club Regatas informó que se suspendían las actividades náuticas tras confirmarse la presencia de florecimientos de Microcystis, “lo que implica un riesgo sanitario considerable”, informaron a sus socios. Mientras que desde el Club Náutico confirmaron a EL DIA que ya venían suspendiendo la salida de botes y kayaks (ver aparte).
El alerta por el “agua verde” se disparó hace dos semanas. El escenario actual es la siguiente: el agua de los diques de Puerto Madero mantiene el color verdeazulino propio de la cianobacterias; lo mismo sucede en las riberas de otros municipios bonaerenses y de nuestra región. Recordemos que hace apenas unos días Aguas Bonaerenses resolvió parar el proceso de potabilización en la plata de Punta Lara porque el nivel de algas era tal, que ponía en peligro el funcionamiento de los equipos de depuración. Platenses, berissenses y ensenadenses permanecieron largas horas sin suministro. Y si bien el servicio se restituyó, las condiciones en el Río de la Plata no se modificaron, por lo que piden cuidar el recurso.
Ahora la aparición de peces muertos generó gran preocupación. Especialistas lo vincularon a la floración de estos organismos, que dan un color verde brillante a la superficie del agua. Ricardo Echenique, investigador de la CIC, cuya línea de trabajo es “Cyanobacteria toxígena en cuerpos de agua continental de la provincia de Buenos Aires”, consideró, en diálogo con EL DIA, que “es altamente probable” que la mortandad de esos peces esté relacionada a las cianobacterias. “Pero no por las toxinas -aclaró- sino porque las cianobacterias, (si bien) producen oxígeno que liberan a la atmósfera, durante la madrugada y las primeras horas del día lo que hacen es consumir oxígeno, como un proceso normal de respiración fotosintética”. Por lo tanto, explicó Echenique, estos organismos, al absorber oxígeno, bajan mucho lo que se denomina “tensión de oxígeno” del agua.
“Es probable que, con aumentos y disminuciones, el fenómeno esté presente gran parte del verano”
Ricardo Echenique, Investigador de la CIC
Sumado a ello, “las células, por su ciclo de vida normal mueren y aportan mucha materia orgánica al fondo”. Ahí actúan otros tipos de organismos, como bacterias y hongos degradadores de la materia orgánica, que consumen más oxígeno.
La consecuencia, describió Echenique, es que “lo que consumen de madrugada las algas, no solo las cianobacterias, sino todas las algas de plancton, más lo que consumen los microorganismos descomponedores del fondo”, hace que “la concentración de oxígeno en el agua baja muchísimo, en algunos casos a niveles de cero”. “Los peces se mueren, porque obviamente no tienen oxígeno. Fundamentalmente los peces de fondo”, señaló el experto de la CIC.
VA PARA LARGO
Respecto a la presencia de las cianobacterias, el investigador estimó que “lo más probable es que vaya a ser un fenómeno que, con aumentos y disminuciones, lo tengamos presente gran parte del verano y principios del otoño”.
¿Qué factores contribuyen a ese escenario? Los efectos del fenómeno climático de la “Niña”, que, para estas latitudes, se traduce principalmente en una disminución en las precipitaciones. El escaso aporte de agua en las cabeceras del sistema (sur de Brasil, Paraguay y Norte de Argentina), que trae aparejado que el caudal de los ríos tanto el Paraná como el Uruguay, se vea reducido, afectando la dilución de estos organismos. La época del año (primavera-verano) y el consecuente aumento de la intensidad y horas de luz favorecen a la fotosíntesis y a la asimilación de nutrientes por parte de las cianobacterias. Y por lo tanto su permanencia en la Región.
El acceso de la gente al río como recurso recreativo también es materia de preocupación entre los especialistas. Echenique explicó que las actuales “son condiciones que para personas delicadas, como podrían llegar a ser los chicos, o personas sensibles, no son para nada recomendables”. Si hay toxinas -lo cual habría que analizar- podrían producir problemas hepáticos o gástricos si se ingiere el agua del río y, en el caso del contacto, irritación y problemas en la piel, ojos y en los oídos.
“Si alguien va al río y se mete al agua inevitablemente va a consumir agua”, dijo el investigador. Y puso como ejemplo a los guardavidas que, en su entrenamiento, deben nadar cierta cantidad de metros cada día para mantenerse en forma. “Esas personas, inevitablemente, consume cierta cantidad de agua que tiene algas y, si hay, toxinas” es un riesgo. Lo mismo, dijo, en el caso de personas que nadan y les quedan retenidas algas, entre la piel y la malla, lo que les produce irritación en la piel.
Diego Frau, investigador en el Instituto Nacional de Limnología (Inali-Conicet/UNL), ha señalado que “en caso de que el agua que presenta una floración de cianobacterias entre en contacto con mucosas, como ojos, oídos, boca o nariz; ya sea a partir de la producción de aerosoles durante una actividad acuática (como canotaje, ski acuático, natación, etc.) o la ingesta directa durante el baño, pueden llevar a sintomatologías similares a cuadros de gastroenteritis o de gripe, incluyendo fiebre y dolor de cabeza”, alertó.
“La ingesta de grandes cantidades de agua, y dependiendo de la abundancia de las cianobacterias y su toxicidad, pueden ocasionar además daño hepático, en riñones, pulmones o hasta en el cerebro dependiendo de la cianotoxina que se encuentre en el agua”, agregó el científico.
Asimismo, Echenique recomendó que también se hagan análisis al agua potable. Y aconsejó extremar los recaudos en el consumo de los peces de la ribera. “Los peces que aparecieron muertos, descartarlos”, remarcó. Mientras que a aquellos que no tienen otro recurso y suelen pescar en el Río de la Plata, les sugirió “lavar bien” al ejemplar, “con agua de canilla, como para sacarle todo lo que pueda tener adherido en la piel; descamarlo para no quede nada retenido en las escamas; sacarles todas las vísceras y la cabeza, y comer nada más que los músculos. Si hay toxina, en los músculos puede quedar retenido, pero la concentración va a ser baja”, describió.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE