Ministra porteña volvió a la carga contra la “militancia” docente
Edición Impresa | 30 de Noviembre de 2020 | 03:45

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, volvió a apuntar ayer contra los “docentes y dirigentes sindicales que usan el aula como espacio de militancia”.
Y, aunque advirtió que “la enorme mayoría de los docentes entienden el aula como un espacio de pluralidad, para enseñar a pensar y tener miradas diferentes”, se refirió a la polémica que provocaron sus recientes declaraciones. Pues, días atrás, ya había criticado a los maestros “que eligen militar en lugar de hacer docencia”, además de afirmar que quienes inician la carrera lo hacen como tercera o cuarta opción,tras haber fracasado en otras, y de asegurar que “son cada vez más los sectores vulnerables los que eligen la carrera docente”.
Como era de esperarse, sus dichos desataron el generalizado repudio de los gremios. Y días después, una nota periodística vinculó a la funcionaria con el exjerarca nazi, Enrich Priebke, al frente del colegio alemán Primo Capraro de Bariloche, del que egresó.
“Lo que buscaban era que yo perdiera el foco y dejase de pelear por lo que estoy peleando”, dijo la ministra durante una entrevista en un matutino porteño. “Yo entiendo que algunos hacen política de esa manera, pero me afecta por mis compañeros, amigos y mis docentes, a quienes respeto y a quienes agradezco la educación que me dieron”.
Al volver sobre sus declaraciones en torno a la militancia y la docencia, la funcionaria defendió que lo suyo no son opiniones, sino “datos de la realidad que están basados en encuestas que se dieron a nivel nacional, que hablan de una realidad que es dolorosa, pero que si no se habla tampoco se trabaja para solucionarlo”.
Sobre el enojo de los sindicatos, diferenció que “una cosa son los dirigentes sindicales y otra los docentes en general” y que “los dirigentes sindicales, muchos de ellos, hacen política partidaria; CTERA responde al Gobierno nacional. Una cosa es hablar con actores políticos partidarios y otra cosa es hablar con representantes de los trabajadores”.
Más allá de la polémica, Acuña dijo que hoy su principal preocupación es “que los chicos puedan volver el 17 de febrero a clase”, mientras aseveró que el del año próximo será un inicio de clases “más desafiante que cualquier otro porque los chicos no van a ser los mismos después de esta pandemia, las aulas van a ser profundamente diversas”. Y en ese sentido sentenció que “este año estudió el que pudo, no el que quiso. Las realidades de cada una de las familias fueron lo que hizo que los chicos pudieran estudiar más o menos”.
Por eso, dijo, el regreso no tiene “ni que esperar la vacuna, ni estar viendo si viene o no viene el rebrote. Ya vimos el daño que les genera a los chicos no haber ido a la escuela durante tanto tiempo”.
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