Las letras, de festejo: a cien años del nacimiento de Clarice Lispector
Edición Impresa | 10 de Diciembre de 2020 | 03:31

Con una obra atravesada por un “no estilo” que plasmó en novelas, cuentos, libros para niños e innumerables crónicas periodísticas, Clarice Lispector se convirtió en una de las escritoras más importantes en lengua portuguesa del siglo XX y una de las más leídas en la Argentina. Hoy, a cien años de su nacimiento, continúa siendo reeditada, traducida y estudiada en todo el mundo.
Novelista, cuentista, periodista y traductora, Lispector nació en la aldea ucraniana Chechelnik el 10 de diciembre de 1920, pero su familia dejó Ucrania al año siguiente y después de un intenso viaje, Pinjas y Mania Lispector lograron instalarse junto a sus tres hijas, en 1922, en el puertito de Maceió, ubicado en el Nordeste brasilero.
A sus cinco años, Clarice llega con su familia a Recife, capital del Estado de Pernambuco, también en el Nordeste y de la que se apropió. Allí aprendió la lengua portuguesa, esa en la que pensó, soñó, proyectó y a través de la cual expandió las capacidades de habitar lo cotidiano.
Después de la muerte de su madre -cuando ella tenía 10 años-, su padre viajó con sus tres hijas Tania, Elisa y Clarice a Río de Janeiro, ciudad en la que se consolidó su vínculo con la lectura y la escritura, y en la que se dispuso a estudiar Derecho.
A los 23 años publicó “Cerca del corazón salvaje”, que había escrito a los 19 -aunque en varias oportunidades contó que comenzó a escribir ficción a los 7- y por la que recibió el premio Graça Aranha como mejor novela. Ese mismo año se casó con el diplomático Maury Gurgel Valente, a quien conoció mientras estudiaba en la universidad, y comenzó una vida familiar que la llevó a compartir destinos internacionales sin dejar nunca de lado su vínculo con la escritura.
Lispector no se dejó atrapar por convenciones ni etiquetas, estableció una intervención única y personal sobre el lenguaje que puede encontrarse en los libros de cuentos “Algunos cuentos”, “Lazos de familia”, “La legión extranjera”, las novelas “La pasión según G.H.”, “Agua viva” “La lámpara” o “Para no olvidar”.
Fue por sus hijos que llegó a escribir literatura infantil. Su hijo Paulo le pidió una historia y así nació “El misterio del conejo pensante”, pero ese no fue el único libro dedicado a sus hijos y pensado para niños lectores, ya que también fue autora de “Casi de verdad”, “La mujer que mató a los peces”, “La vida íntima de Laura” y “Cómo nacieron las estrellas doce leyendas brasileñas”.
Representante de la literatura latinoamericana que sigue siendo leída en todo el mundo, la autora de “La hora de la estrella” tiene numerosos y fieles lectores en Argentina, donde fue publicada por editoriales como Corregidor, Cuenco de Plata y Adriana Hidalgo, y tiene su homenaje cada diciembre cuando se realiza “La hora de Clarice”.
Se trata de un evento que se realiza como emulación del Bloomsday -el homenaje que se celebra en honor a Leopold Bloom, personaje principal de la novela “Ulises” de James Joyce, todos los 16 de junio por las calles de Dublín- y que en la Argentina tuvo su correlato desde 2013, en el Museo del Libro y de la Lengua, con una actividad que forma parte de un conjunto de propuestas gratuitas que retoman los ejes del universo de Lispector.
Lispector murió en Río de Janeiro el 9 de diciembre de 1977 a los 56 años en la víspera de su cumpleaños, a causa de un cáncer de ovarios, y dejó una obra que convoca a explorar historias sobre las formas en las que se entrelazan los lazos y la posibilidad de vivir la literatura para narrar nuevos mundos.
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