Una mujer denunció que le llegaron amenazas de muerte desde la cárcel
Edición Impresa | 29 de Diciembre de 2020 | 02:26

“Mirá vieja puta, la cárcel no es para siempre. Tarde o temprano voy a salir y los voy a matar a los cuatro”. La frase, aseguró Irma Maidana (49), pertenece a un joven que “cumple sentencia en la Unidad 18 de Gorina” y fue dicha en uno de los tantos llamados que la mujer recibió en las últimas semanas. Según confió Maidana, “el conflicto empezó en octubre de 2012, cuando esta persona, Jonatan Moabro, que todavía vivía con mi hija, le pegaba, la maltrataba y la echaba de la casita que compartían. Entonces mi hija lo dejó”. Ella, prosiguió, “tuvo que vender su hogar porque hoy (por ayer) le daban la libertad a su ex. No salió gracias a la intervención de la doctora Claudia Matilde Marengo”, a cargo del Juzgado de Ejecución Nº 1 de La Plata.
Sin embargo, sostuvo Irma, los familiares de Moabro también la hostigaron y hasta le prendieron fuego el frente de su inmueble en Los Hornos, según figura en la denuncia que radicó.
A principios de este mes, “Jonatan empezó a llamarme desde la cárcel a la madrugada para intimidarnos, que nos iba a matar a mí y a mi hija por no ‘seguirlo’. También que amenazó a mi nietita (una beba que tuvo la ex pareja del acusado)”, afirmó. El 24 de diciembre, hace menos de una semana, “a su hermano Víctor le dieron salidas transitorias y tendría que haber ido a la casa del padre, pero como ellos están peleados lo mandaron para el domicilio de su madre, que es acá enfrente”, sostuvo. Fue en ese momento cuando la situación, explicó, habría pasado de la oralidad a la acción.
“El día de Navidad salió (Víctor) por todo el barrio, tomado, y se vino para casa. Me amenazó, me quiso pegar y lo tuvo que agarrar la madre y meterlo a los empujones”, relató. Conforme detalló Maidana, el joven le dijo: “Vos no te imaginás lo que te va a pasar cuando salga mi hermano y cuando a mí me ‘engomen’ mañana”. En la madrugada del 26 de diciembre -siempre según la denuncia de Irma-, sus perros comenzaron a ladrar de forma insistente. La mujer se despertó, salió a la puerta y se cruzó con un vecino conocido. Era, aseveró, “Matías, el primo de los Moabro, que tenía una botella de alcohol en la mano. Y la media sombra que tapaba las rejas estaba prendida fuego”. Antes de irse, el presunto atacante le espetó: “Esto me lo mandaron a hacer mis primos, por haberles hecho la denuncia. Y es para empezar, en breve seguimos con tu casa”. Maidana radicó la denuncia por estos incidentes en la comisaría tercera. No obstante, reclamó que “a la Policía la llamás y viene a los 50 minutos, cuando el hecho está consumado”.
Por último, agregó que “familiares (de los sindicados) están juntando firmas en el barrio para echarme”.
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