Honró la vida

Falleció el ex futbolista Maximiliano Kondratiuk. Tenía 36 años y había jugado en Gimnasia, San Martín de San Juan, Atlanta, Villa San Carlos y Lariano de Italia. Eso diría un escueto cable de agencia, pero detrás hay una historia de enfermedad, lucha, sueños y amor que merece ser contada.

"Porque en la vida todo cuesta, todo vale y todo -absolutamente todo- tiene su precio. Pero también está la otra parte, la que nos deleita, por la cual vale la pena estar vivo y disfrutar de la vida haciendo lo que a uno le gusta y sin pedirle permiso a nadie. Y yo me pregunto: ¿tan difícil es creer que a pesar de estar en una silla de ruedas y no poder hablar se puede ser feliz?

Hoy van a comenzar a leer un relato que tiene de las dos, de la amarga y de la dulce. Y yo me quedo obviamente con la dulce, porque hoy, a pesar de todo, soy feliz, y quiero hacer referencia a lo que esta palabra significa para mí...ni más ni menos que tener una familia, amigos que te banquen y alguien que te ame y a quien amar. Y yo hoy tengo todo eso. No necesito nada más".

Así comenzaba la introducción de "Honrar la vida", el libro que Maximiliano Kondratiuk escribió en 2017 con la colaboración del periodista Máximo Randrup. Desde 2011 Maxi sabía que tenía la enfermedad de Wilson, un sindrome degerativo de origen genético que impide que el cuerpo elimine el cobre que se va consumiendo con alimentos y bebidas. La acumulación de cobre genera daños en órganos como hígado, riñones, cerebro y ojos.

Estuvo aislado, deprimido, casi dos años y cuatro meses. "Estuve a punto de matarme", contó Maxi. Su hijo Santino fue el principal motor para seguir. Se reencontró con amigos. Conoció a Lorena, luego su esposa. Se movió Atlanta a través de las redes sociales. También Gimnasia. Y hubo un partido de fútbol a beneficio del que tomaron parte los jugadores del Lobo, su técnico Pedro Troglio y cracks como Enzo Francescoli, Guiilermo Barros Schelotto y Oscar Ruggeri. La historia fue libro, con presentación en la Feria, en Gimnasia y en su ciudad, Berisso. Un software le dio la posibilidad de comunicarse. Las noticias espaciadas señalaban una mejoría: hay videos en los cuales podía caminar sin ayuda.

Hace un par de días, la mala noticia fue si internación. "Una hemorragia digestiva", era el parte. La fuerte medicación para el Wilson pasó factura. Y hoy a las 5 de la mañana el gladiador dijo basta. Queda el ejemplo de su lucha. Y para sus amigos, Maxi, el grandote jodón que le puso garra al fútbol y a la vida.

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