Videos, testigos y sangre en las uñas de Fernando complican a los acusados

La fiscal que investiga el crimen de Villa Gesell reunió alrededor de medio centenar de pruebas en las que fundamenta el pedido de prisión preventiva a los 10 detenidos, que presentaría este lunes

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Hay testigos que vieron todo. Y lo contaron. Algunos lo grabaron con sus celulares y entregaron las imágenes. Hasta en el teléfono de uno de los imputados hay un video que permite entender la cacería de una persona por parte de otras 10. Y si eso no alcanza, también hay sangre en las uñas de Fernando Báez Sosa cuyo ADN acercaría más a los rugbiers de Zárate hacia la acusación por un crimen con el máximo de graduación de la pena.

Según se desprende del escrito que prepara la fiscal Verónica Zamboni para la presentación del pedido de prisión preventiva -este lunes, según fuentes de la causa- hay alrededor de medio centenar de pruebas que incriminan al grupo de rugbiers de Zárate, en un reparto de roles entre quienes están apuntados como autores y partícipes necesarios para que se pudiera consumar.

Zamboni mantendría en su solicitud ante el juez de Garantías de Dolores David Mancinelli, la carátula original de la causa: “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas”, delito contemplado en el inciso 6to. del artículo 80 Código Penal, que prevé una pena de prisión perpetua.

En el documento se incluirá un hallazgo realizado por los profesionales del laboratorio pericial situado en Junín. Según informó una fuente de la investigación, allí se determinó la presencia de sangre debajo de las uñas de la víctima.

El material, perteneciente a otra persona, según se deduce, será comparado con el ADN de los diez jóvenes imputados.

Se determinará si ese rastro encontrado en el cadáver de la víctima corresponde al perfil genético de una o más personas.

Siempre según la fuente, tras ser “diseccionados” esos ADN, serán confrontados con las muestras de sangre que aportaron los jóvenes arrestados en la mañana del 21 de enero.

En la lista de evidencias que utilizará la fiscal para demostrar la presunta responsabilidad de los acusados también aparecen diez grabaciones de cámaras de seguridad. En esas imágenes fueron identificados al menos ocho de los diez imputados.

Las tomas corresponden a filmadoras situadas en comercios y viviendas de la calle 3, en Villa Gesell. Los recortes de las grabaciones corresponden a los minutos posteriores del crimen de Fernando.

Por caso, en el expediente figura la secuencia de la cámara de seguridad instalada en la esquina de calle 3 y Buenos Aires. A las 4.44 de la madrugada registró el paso de ocho acusados.

Otra cámara tomó a ocho de los sospechosos en lo que se interpreta como una parada posterior, con saludos eufóricos y un abrazo, minutos después del asesinato, a metros del escenario.

“A ver si volvés a pegar negro de m...”, gritó uno de los agresores mientras golpeaba a la víctima, vestido con una camisa similar a la que habría usado Máximo Thomsen la madrugada del homicidio, contó uno de los testigos a la fiscal.

Como argumento de su acusación Zamboni empleó la siguiente frase, tomada de otra declaración: “Adentro pegaban de atrás, ahora afuera a ver quién gana”.

“Yo pude ver que lo iban a buscar a Fernando, la bronca era con él. Yo estaba a 15 metros. Pude ver cómo le pegaban patadas en la panza y la cabeza. Todo fue piñas y patadas”, declaró uno de los testigos.

Según fuentes de la investigación una cámara de seguridad registró la secuencia de agresión y determinó que a Fernando le pegaron durante 60 segundos, entre las 4.44 y las 4.45.

Los investigadores tienen pruebas que vinculan a ocho de los diez acusados con el lugar y momento del homicidio. Según la fiscal, ocurrió entre las 4.41 y las 5.

Además, de las identificaciones en las ruedas de reconocimiento los testigos señalaron a cuatro acusados como los agresores directos de Fernando. Otros tres fueron situados al lado de la víctima, sin golpearlo, pero impidiendo la ayuda.

Máximo Thomsen fue señalado por siete testigos como uno de los que golpeaban a Fernando, se indicó. A Tomás Comelli lo señalaron cuatro como otro de los que golpeaba. A Luciano Pertossi cinco testigos lo identificaron como el tercer agresor.

Ciro Pertossi fue señalado por dos testigos como otro de los agresores. También lo situaron en el inicio de la gresca dentro del boliche Le Brique.

En el grupo de los que no pegaron, pero que estaban con los golpeadores y daban superioridad numérica, figuran: Blas Cinalli, señalado por un testigo; Matías Franco Benicelli, por cuatro; y Ayrton Michael Viollaz, fue identificado por otros cuatro testigos.

“Pude ver cómo le pegaban patadas en la panza y la cabeza”, relató un testigo

Evidencia clave
 

Grabaciones de diez cámaras de comercios cercanos al lugar del crimen, donde se observa a los imputados.

Restos de sangre debajo de las uñas de la víctima. Serán cotejados con ADN de los rugbiers.

Videos tomados por testigos muestran la secuencia de la golpiza.

Uno de los acusados grabó con su teléfono parte del ataque y la emboscada previa.

Varios testigos describieron la escena y el rol de cada uno de los acusados.

 

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